¿Qué
hago leyendo una novela alemana de ciencia ficción que fue publicada en 1995?
No puedo evitar responder a eso con otra pregunta ¿qué haces que no la estás
leyendo tú? Porque hay algo dentro de Los
tejedores de cabellos que se ha burlado del tiempo durante veinte años y
sigue vivo y sigue nuevo. Algo en la historia de un planeta perdido y dejado de
lado me ha secuestrado durante cuatro noches seguidas. Para que te hagas una
idea, esta novela es como esas pelis indie
que sólo puedes conseguir por canales ilegales, esas que tu culture dealer te insista a que
pruebes antes de que la Autoridad sea consciente de la filtración. Sí,
aquí la autoridad, el tiempo y cosas injustamente olvidadas giran en torno a
una misma idea: la capacidad de supervivencia de la belleza es inaudita y
autorreferencial. Los motivos se mueren o se borran. Pero el acto de lo bello
permanece intacto. En serio, os juro que es ciencia ficción.