martes, 31 de diciembre de 2013

Esto no es un IMM #7 - Diciembre 2013


Los libros se esparcen por el suelo en el último mes del año. Y esta vez vuelvo a reincidir. Aquí están todas las fechorías bibliográficas que asumo como propias. ¿Y sabéis eso que dicen que los libros te impiden ver la biblioteca? Pues estoy muy cerca de rozar dicho límite. Y cada vez sonrío más. Hay una consecuencia lógica entre la felicidad y el oxígeno que compartes con la página escrita. Estoy seguro. Segurísimo. Toda esa genética participativa que me compone elige ejemplares bonitos de temáticas dispares. ¿Alguien ha acuñado ya lo de verbena verbal? Porque lo llevo solapado en los ángulos menos muertos de mi cuerpo. Esto empieza, pero como bien sabrás, también se acaba.


domingo, 29 de diciembre de 2013

13 planificaciones sugeridas

No haré una lista de mis mejores lecturas de este año que acaba. Creo que hemos sobrepasado el límite permitido. Pero sí que, siguiendo la entrada de Ivan Thais en El País, lanzaré una lista de los 13 libros que, cueste lo que cueste, llueva dentro o fuera, intentaré leer en 2014.



jueves, 26 de diciembre de 2013

Crezco



Dejen paso. Aquí llega el antihéroe que todos necesitábamos. En un mundo como éste en el que los villanos se muestran como tales, que nadie finge ser otra cosa, era normal que llegase un héroe con más extravagancias y desaciertos que aquellos a los que se enfrenta. Y es que Ben Brooks (1992, Gloucestershire) (sí, ¡1992!) en su pequeña odisea por acostarse con la chica más virginal del instituto, nos regala una novela de iniciación en la que lo primero que se nos enseña es a pulsar reset.


‘El guardián entre el centeno’ de Chuck Palahniuk

Ser adolescente no es fácil en estos tiempos que corren. Vale, puede que ser maduro ya no sea un requisito. Pero hay mil cosas nuevas en las que estar a la altura y la información que uno tiene para enfrentarse a ello es demasiado abundante para que sea certera. En este contexto distópico tenemos a Jasper, un chico de 17 años experto en conseguir drogas nuevas por Internet, crear ambientes propicios para sus conquistas sexuales y ver Harry Potter cada vez que la pasan por televisión.

jueves, 19 de diciembre de 2013

El Lago


A mediados de noviembre llegó a las tiendas la última novela de Banana Yoshimoto. Publicada en su país natal en 2005, han sido ocho los años de espera hasta hacernos llegar una obra en la que la autora se muestra en plenas facultades. Consigue arrastrarnos dentro de una historia pequeña que, como en el lago del título, esconde mucho más si se bucea hasta su fondo. 

Lo que sucede en la otra ventana 

 Nakajima y Chiiro son dos jóvenes que desde sus respectivas ventanas se observan cada noche mutuamente. Lejos de todo acto sexual, esta rutina de observación representa un último intento de dos humanos para no quedarse solos en un mundo en el que parece que ya no tienen cabida. El encuentro será inevitable. Y empezarán juntos una extraña convivencia de fragilidades. Una convivencia en la que los sentimientos se irán abriendo como cajas de Pandora, y donde la verdad, una vez expuesta sobre la mesa, no podrá ser ignorada nunca más. 

martes, 3 de diciembre de 2013

IMM #6 - Noviembre 2013



¿Cuánto es el tiempo que le dedicáis a entender la relación de los libros que vais adquiriendo? En muchas ocasiones, la temática o el autor son el nexo de unión entre vuestras lecturas. Sin embargo, si se presta una atención extra, uno acaba descubriendo todo tipo de conexiones que no estaban ahí en un principio cuando dichos libros aparecieron. Nadie habla de que los vientos de noviembre suelen arrastrar fuera del dibujo toda esa arena que nos impide ver qué sucede cuando no estamos mirando. Aunque ellos ya se conocían entre sí, estos son mis nuevos libros.


miércoles, 27 de noviembre de 2013

Magia para lectores




Lethem, Chabon y Gaiman hablan maravillas de ella. Cuando se buscan referentes en su obra, surgen nombres como Munro, Borges, Philip K. Dick y Kafka. Ante este desfile de personas y personalidades, uno sólo puede preguntarse ¿quién es esta Kelly Link y dónde estaba escondida hasta ahora? Seix Barral publicó en 2011 una recopilación de sus cuentos más significativos. Recopilación que bajo el nombre Magia para lectores sirve de carta de presentación para ella, la Reina de lo Extraño.

Érase una vez en la que todo era nuevo (y raro)

Cuando vas acumulando lecturas, el sentimiento de ya visto, ya leído suele aparecer con frecuencia. Cada vez es más difícil que llegue algo y cambie los esquemas de lo narrativo. La sorpresa de lo nunca visto. Y aunque la autora de la que hablo hoy está lejos de esos renovadores estilísticos de los que todo el mundo habla, Link trae sangre fresca, tinta nueva a la concepción del relato. Somos pequeños de nuevo. Y necesariamente adultos. Sí, Link pone tal precio de entrada. Derrocar las conciencias de las etapas vitales para entender que lo extraño se acerca a nosotros en cualquier momento.

viernes, 8 de noviembre de 2013

IMM #5 - Octubre 2013



Octubre acabó. Y es una pena porque es un mes que me gusta tanto... Aunque reconozco que esperaba tormentas de esas que empapan hasta los planes más impermeables. Como sea, otra vez, se me ha vuelto a ir de las manos esto de adquirir libros. En mi defensa diré que ha sido un mes con tantísima cosa interesante, que al final sólo me he dejado llevar un poco. En el tintero se han quedado buenas presas. Hay un par de Alpha Decay que no puedo dejar pasar. ¡Y un ‘Stoner’ que caerá en Noviembre a cualquier precio! A pesar de todo, no me puedo quejar.

Va, no me justifico más. Esto ha sido mi Octubre.

martes, 5 de noviembre de 2013

Los años de peregrinación del chico sin color


En este 2013 Haruki Murakami ha sorprendido a propios y extraños publicando una nueva novela de la que nadie sabía nada. De título largo e impronunciable, la obra rompió records de ventas antes incluso de salir al mercado. Un segundo record fue llevado a cabo por la editorial Tusquets al traducirlo a un idioma inteligible para occidente en seis meses. ¿Qué hay en estos años de peregrinación que han puesto a Murakami en boca de todos por enésima vez?

Borrón y cuentas pendientes

La visión que uno tiene de sí mismo difícilmente puede ensamblarse a la imagen que los demás tienen de ti. En esa falla perceptiva, uno construye puentes de entendimiento que intentan paliar la incomunicación resultante entre el ‘quién soy’ y el ‘quién crees que soy’. Claro que estos esfuerzos pueden llevarse a cabo si se es consciente de que existe dicha falla. Si, como en el caso del Tsukuru Tazaki, ignoras la situación, puedes verte desterrado del mundo conocido sin saber si quiera qué has hecho mal, qué acto delictivo tu mano ha firmado con tu nombre sin pedir permiso.

viernes, 18 de octubre de 2013

La Broma Infinita (70 cosas que he jurado no olvidar)

¿En serio? ¿De verdad alguien se ha atrevido a reseñar el buque insignia de Wallace y no ha perdido la cabeza en el intento? Lo máximo que puedo dar de mí es este cuaderno de bitácora, un paseo de lo que ha sido, de lo que nunca fue y de lo que pudo haber sucedido si otro que no fuese yo hubiese leído La Broma Infinita. Si otro que no hubiese sido Wallace hubiese escrito una carta de despedida, dando instrucciones pormenorizadas de cómo hacer arder todos los ejemplares de la maldita obra. Y es que La Broma Infinita puede acabar con cualquiera. Y lo peor de este libro, quizá lo más llamativo, es que no te mata como lo haría una bala al perforarte, sino que asume el rol de esa falta de reflejos que te impide esquivarla. 


1. Empecé la novela el 1 de julio y la acabé el 7 de septiembre. Un total de 69 días. Empecé en Barcelona y acabé en Sevilla. Supongo que he superado todos los parámetros de tiempo y distancia que un lector debería llevar a cabo con este libro. Nunca fui muy rápido. 

viernes, 4 de octubre de 2013

IMM #4 - Septiembre 2013


Venga, preguntádmelo. ¿Cuándo se ha convertido esto en un blog de IMM y ha dejado de ser un blog de reseñas? Tengo cientos de excusas. Algunas más perniciosas que otras, pero lo cierto es que voy de arriba abajo, de izquierda a derecha, cambiando lugares por personas, trabajos intensivos y cursos que comienzan. Por lo que puedo dedicarle poco tiempo al exquisito arte del análisis. Claro que eso no quita que siga adquiriendo libros.




domingo, 1 de septiembre de 2013

IMM #3 - Agosto 2013

Este Agosto Esquimal toca a su fin. No, no lloréis. Era necesario. Las cosas en verano se detienen, van a una velocidad que no percibo. Como si el calor de esta ciudad hiperpoblada derritiese el alquitrán del asfalto y retuviese viandantes, casualidades y otros animales del mundo del futuro. Pero hoy es septiembre. Hoy os muestro todos esos libros que me han distraído de aquello que no me gusta. El curso empieza. Las historias comienzan. Y yo, al menos, continuo. 

martes, 20 de agosto de 2013

Sueño Profundo


Siempre es una buena opción combinar cualquier lectura densa con relatos de Banana Yoshimoto. Éstos son tan sutiles, tan atmosféricos, que nunca roban protagonismo ni tiempo ni energía de la lectura principal que estás llevando a cabo. Y cuando creías que le estabas dando una importancia secundaria, te ves aplazando por momentos cualquier otra cosa para cerrar la historia que la señorita Yoshimoto te ha ido narrando a lo largo de todos esos días que no acaban. Sin duda, este Sueño Profundo me ha mantenido más de una noche despierto, con sus cuentos zanjados y mi mirada perdida a través de las calles de esta ciudad que camina dormida.

Somnolencia participativa

Hay algo mágico en los cuentos de esta autora japonesa. No sabes cómo, sus historias te llegan aunque el surrealismo implícito de la cultura japonesa, así como la dosis extra que Yoshimoto añade, parece colocar sus textos en las antípodas de la identificación. Y sin embargo, sucede.

lunes, 19 de agosto de 2013

Fraternidad


No sabría decir si Hal está triste. Cada vez le cuesta más interpretar los estados mentales de Hal o si está de buen humor. Esto le preocupa. Antes solía saber preverbalmente, por lo general en su estómago, dónde estaba Hal y lo que estaba haciendo, incluso si Hal estaba lejos o jugando o si Mario estaba lejos,  y ahora ya no lo puede hacer. Sentirlo. Esto le preocupa, y tiene una sensación como cuando te pierdes algo importante en un sueño y luego no puedes recordar aunque sepas que se trata de algo importante. Mario quiere tanto a Hal que le hace latir el corazón con fuerza. No tiene que preguntarse si el que ha cambiado ahora es él o su hermano, ya que Mario no cambia jamás. 

La Broma Infinita - David Foster Wallace 

jueves, 1 de agosto de 2013

IMM #2 – Julio 2013



He tenido un mes de julio con poca actividad bloguera. Cambios en el trabajo además de un secuestro perpetrado por David Foster Wallace y su Broma Infinita, han hecho que apenas pudiese reseñar. A pesar de todo, las adquisiciones han tenido lugar, así que os dejo por aquí el botín estival.

lunes, 8 de julio de 2013

¿Qué amar?




 Mary Ann Wakeley, Peacing the Precipice



Marathe: ¿No es esta una opción de la máxima importancia? ¿Quién enseña a vuestros niños estadounidenses a elegir su templo, a qué amar lo suficiente como para no pensárselo dos veces?

Steeply: Y esto lo dice un hombre que...

Marathe: Porque esta decisión lo determina todo. ¿O no? Todo lo que vosotros denomináis libre elección depende de cuál es vuestro templo. ¿Y qué es el templo para Estados Unidos? [...]

Steeply: Tú supones que siempre se trata de una opción, de una decisión consciente. ¿No es algo ingenuo? ¿Acaso tú te sientas junto al libro mayor de tu contable y entonces decides sobriamente qué amar? ¿Siempre?

Marathe: Las alternativas son...

Steeply: ¿Y qué pasa cuando a veces no hay opción sobre lo que amar? ¿Y si el templo va a Mahoma? ¿Y si simplemente amas? ¿Sin decidirlo? Lo haces simplemente: la ves y en ese instante te olvidas de la contabilidad y lo único que puedes elegir es amarla...

Marathe: Entonces y en un caso semejante, tu templo es el ser y los sentimientos. Entonces no eres más que un fanático del deseo, un esclavo de tus estrechos y subjetivos sentimientos individuales, un ciudadano de la nada. Te conviertes en un ciudadano de la nada. Estás a solas y de rodillas ante tu ser. En un caso como este, te conviertes en un esclavo que se cree libre. Es la esclavitud más patética. Nada de tragedia. Nada de canciones. Crees que morirías dos veces por un tercero, pero en verdad sólo morirías por ti mismo, por los sentimientos de tu ser. 


La Broma Infinita - David Foster Wallace

domingo, 30 de junio de 2013

IMM #1 – Junio 2013


Nunca he sido muy fan de los In my mailbox – IMM. Dejar constancia de todos los libros que van entrando en mi vida podría poner de manifiesto que tengo un problema bastante serio. Bibliofilofobia de manual. Tsundoku, que dirían los japoneses. De cualquier modo, me he lanzado. Lo cierto es que compro mucho más de lo que humanamente puedo leer. Adquiero para mí y para el otro, ese alguien a quien aún no conozco y que acabará reconquistando mi biblioteca. Para facilitarle el trabajo administrativo a ese alguien, empiezo mis inventarios mensuales.

lunes, 24 de junio de 2013

Embassytown



Justo anoche terminé de leer Embassytown de China Miéville. Y aún no asimilo todo lo que me han contado. El largo tiempo que esperé para que esta novela llegase a mis manos ha merecido la pena. Cada segundo de hype que he vivido me ha sido devuelto con intereses. Ahora lo sé. Ahora, tras dejar atrás la Ciudad Embajada, entiendo las altas cotas a las que puede llegar la ciencia ficción. No es casual que la literatura que mezcla razas y civilizaciones, sea la que produce este libro polimórfico lleno de divulgación lingüística, análisis antropológico y entretenimiento en manada. Puede que no sea justo haciendo esta reseña. Embassytown me ha gustado demasiado.

Una palabra tuya bastará

Existe un pacto tácito en todas la reseñas que he leído sobre Embassytown para no desvelar grandes partes de la trama. Y lo cierto es que agradezco esa posición generalizada porque han sido muchísimas las sorpresas a las que he tenido que hacer frente durante toda la historia. Sucede que, lo que a priori parece el conflicto de la historia, se resuelve a las pocas páginas y uno nuevo, más imponente, acapara todo el protagonismo. Este juego de matrioskas trágicas funciona a la perfección y no da tregua alguna al lector, ya que mientras uno sigue adaptándose a las reglas del universo en el que se ha visto envuelto, la historia le pide atención y agilidad mental.

domingo, 16 de junio de 2013

Sufro de esto

sábado, 15 de junio de 2013

1Q84 - Libro 3




Hace más de mil años que empecé 1Q84. La reseña de aquellas dos primeras partes atestigua el tiempo que he dejado pasar entre el comienzo y el desenlace del proyecto literario más ambicioso llevado a cabo por Haruki Murakami. La puerta no estaba cerrada. Y por ese hueco se han colado otras lecturas, críticas de todo tipo, dos lunas y una reformulación de ideas como buscar, esperar y encontrarse. Lo cierto es que no diría que 1Q84 – Libro 3 sea una tercera parte al uso. Y es que el autor japonés le ha dado la vuelta al universo conocido, creando una historia propia, que a su vez es la sombra de todo aquello que pasó en ese mundo paralelo que son las dos primeras novelas.


Q de Quién, Q de Quietos

Pistola en boca, una Aomame de diez años encontrada por un Tengo adulto y la sombre alargada de Ushikawa, un investigador privado cuyo objetivo es destapar la tragedia acontecida en Vanguardia. Los cabos sueltos que dejaba abiertos el anterior volumen se retoman en esta parte final. Y los narradores pasan a ser tres. Tres sujetos que comienzan a buscarse entre sí, que se encuentran tarde, que no se reconocen cuando se tienen frente a frente y que acaban dando sólo consigo mismos. Esta persecución tiene una estaticidad sorprendente. Y quizás es lo novedoso de lo planteado. Nunca sabes si estos personajes están buscando o quieren ser encontrados. Y ambos deseos, como lunas, quedan solapados y orbitan en torno a cualquier acción que lleven a cabo. Las mareas que subyacen bajo la influencia de este doble magnetismo reaccionan, de forma inversa y poderosa, separándolos aún más.

domingo, 9 de junio de 2013

Tadaima


La llegada de un nuevo medio o editorial de temática japonesa siempre es una noticia excelente. La oferta ya de por sí amplia, se enriquece cuando alguna de estas propuestas acampan en un nicho poco o nada explotado. Justo es la estrategia que ha seguido Taketombo Books. Frente a ese aluvión de tradicionalismo y autores consagrados que nos llegan desde la tierra de los Samuráis, esta nueva editorial propone darle voz a esos nuevos autores –tanto de aquí, como de allí, como de un punto intermedio- cuyo denominador común es la influencia de Japón en sus vidas.

Watashi, Boku, Ore

Estamos ante un conjunto de seis textos a caballo entre el ensayo y la vivencia personal. Todos escritos desde una fuerte presencia del yo, estos jóvenes nos narran cómo Japón ha invadido sus vidas sin apenas poner resistencia. Detallan cuánto han ganado, cuánto han perdido y quiénes son ahora tras la transacción con ese lugar que, con frecuencia, simboliza algo más poderoso que una simple localización geográfica a demasiados kilómetros de distancia.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Mortal y rosa


Uno siempre le tiene un miedo y una risa a las cosas que no conoce o que conoce mal.  Rescatar a Francisco Umbral de la categoría de cosas a evitar ha sido todo un acierto. A cuántos lugares no estaré yendo por culpa de lo pesadas que se están volviendo estas alforjas llenas de prejuicios. Como sea, aquí estoy, herido de muerte, agonizando de alegría ante la tristeza gamberra de Mortal y rosa. Un libro que es muchas cosas. Implacable como género literario. Bienvenidos a la mala hostia documentada de Umbral.

La historia poetizada de cómo me siento

Si este libro no está en ninguna lista de lecturas obligatorias no es  porque no tenga méritos propios para, no ya forma parte de ella, sino para encabezarla. Creo que en sus escasas 250 páginas se esconde uno de nuestros buques insignias en cuanto a literatura autóctona se refiere. Pero no es un libro al uso. Al menos no en el sentido narrativo del término. Estamos ante un examen emocional del hombre de nuestro tiempo. Un elegía al niño perdido –en un sentido metafórico y en un sentido literal-. Una carta de amor hacia la persona cuya mano agarrar antes de rompernos. No, no para de reinventarse constantemente.

viernes, 17 de mayo de 2013

El Gran Gatsby


¿Hasta dónde puede inventarse uno? Según cierto precepto nazi, una mentira repetida mil veces gana el autoconvencimiento de ser cierta. No es menos válido que algunas ficciones son devoradas por la realidad que las acoge, y como ya decía Baudrillard, las gracietas de lo fingido siempre son pisoteadas por la seriedad de lo auténtico.

Gatsby se estrena hoy, 17 de mayo de 2013. Una patina de neones, vestidos y excentricidades –creo haber visto a una cebra en una piscina- han otorgado a la obra de Fitzgerald la maldición de lo contemporáneo. Deseos que no han sido formulados, pero sí concedidos. Y ahí estamos todos, poniéndole la cara de DiCaprio a Jay Gatsby como otrora hicieran con la cara de Robert Redford.

Confieso que la película de Lurhmann me ha empujado a la lectura precipitada de El Gran Gatsby. Yo, tan de mi tiempo, soy bastante impresionable con esos fuegos de artificios. Y ahora, tras haberme sumergido en la obra de Fitzgerald, no estoy muy seguro de que quiera ver su adaptación en la gran pantalla. Me da miedo que la historia de amor –te quieros que salen a flote cada pocos pasos- eclipse la gran proeza de Gatsby. Ese truco de prestidigitación que lleva a cabo para convertirse en algo que brille lo suficiente como para ocultar lo demoledor. Lo fastuoso es la excusa. El miedo al rechazo, la posibilidad del destierro ante el yo más elemental es lo que titaniza y vuelve eterna la obra de Fitzgerald. Una verdad intransferible que sólo puede ser asimilada con mucha menos luz de la expuesta hasta ahora.

sábado, 11 de mayo de 2013

Una súper triste historia de amor verdadero




¿Una distopía fundamentada en las redes sociales? Algo así no iba a tardar en aparecer. Y lo cierto es que seguramente existan precedentes. Mis conocimientos restrictivos me han llevado a inaugurar este subgénero con el libro de Gary Shteyngart que publica Duomo. Aquí se plantea un mundo explícitamente interesante que se va al garete por la digitalización aberrante del individuo. Lástima que la novela no gane mayor repercusión en mi estantería por la voz narrativa con la que esta historia nos es contada. ¿Más detalles? Claro.

Decir ‘te quiero’, esperar reply

Lenny Abramov y Eunice Park son los Romeo y Julieta de un mundo inalámbrico en exceso. Pero aquí no es la familia la gran fuerza antagónica que los separa. Tampoco el esnobismo de Eunice ni el casposismo ilustrado de Lenny. La diferencia de edad, 20 años, es lo que los aísla y avergüenza en un mundo donde la juventud se comercializa a límites inimaginables. Donde tu móvil te dice en qué puesto del ranking está tu nivel de follabilidad y donde ser sexualmente explícito es la educación mínima que se espera de ti. En este contexto, el amor dista mucho del mero cortejo. La inseguridad es la devaluación de nosotros como mercancía. Y los actos románticos sólo tienen validez si son apoyados por una cantidad significante de espectadores conmovidos por nuestra intimidad mediatizada.

martes, 7 de mayo de 2013

Voy a clonarme, luego matar al clon y comérmelo


Qué tontería de nombre, ¿no? Sam Pink. Suena a personaje de Nickelodeon venido a menos. Y sin embargo estamos ante el enemigo Número 1 de todo lo preestablecido hasta la fecha. Procedente de esa Generación Anomia de la que tanto se habla a colación del más conocido Tao Lin, sale este engendro postnarrativo cuyas palabras están cargadas de imágenes violentas. Frases tan centradas en el impacto del simbolismo sucio que el autor se ha visto obligado a pagar el precio de la coherencia interna. Son poemas. Obras de teatros. Microrrelatos. Pero no en el sentido en el que estos géneros se sienten cómodos en tu cabeza.

No, olvídate de la comodidad. Es lo primero que Sam Pink ha estrangulado con sus propias manos. 

Aunque tenga cierta trayectoria en Estados Unidos, casi nada hay traducido de este artista disfuncional. Este Voy a clonarme, luego matar al clon y comérmelo me llega gracias a la editorial argentina Triana. Tengo entendido que también Alpha Decay traerá algo de él este año. Y no puedo más que admirar el valor de la pequeña editorial barcelonesa porque esto es lo más indigesto he tragado en mucho tiempo.

lunes, 15 de abril de 2013

Ahora es el momento


Spanbauer, uno de los referentes de la literatura queer, vuelve a hacer de las suyas. El precursor del aclamado dangerous writing publicó en 2006 su última novela hasta la fecha, este Ahora es el momento. Y vuelve a dar en la diana presentándonos un relato circular con  una mitología interna de las que hacen época.

Con la facilidad del heno para arder

La América profunda y el catolicismo árido han visto crecer a Rigby John Klusener, un adolescente que vive con su familia en una granja de Idaho. De víctima de matones a tipo duro con las pelotas necesarias para huir, Rigby nos narra su periplo. Su crecimiento vital hasta convertirse en alguien que pueda usar la palabra “yo” sin las interferencias ni el ruido de toda esa mugre que le rodea. Porque no es fácil convertirse en una persona con corazón, capaz de amar en concordancia con uno mismo cuando tu padre es incapaz de tocarte y tu madre sigue al pie de la letra las directrices del Antiguo Testamento.

miércoles, 27 de marzo de 2013

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?



Escribir en 2013 sobre ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? es, cuanto menos, redundante. ¿No está todo dicho ya sobre la obra más mediatizada de Philip K. Dick a.k.a. Dueño y Señor de la Paranoia Metafísica? Quizás sí. O quizás es su adaptación cinematográfica, Blade Runner, la que se ha llevado el gran trozo de ese pastel que es el conflicto hombre – maquina. Deckard versus Nexus-6. No, no voy a escribir sobre las eternas comparaciones entre libro y película, porque cada uno ha sabido encontrar su hueco en la ciencia ficción. No se pisan. No se agreden porque orbitan en sistemas diferentes.

Entrar en Dick es, ante todo, una prueba de fe. No de esa fe televisada que destiñe, sino fe de la de antes, de la de no saber siquiera si vas a disfrutar del aprendizaje. Si la retribución por dicha entrega será, ya no satisfactoria, sino mínimamente útil. Y aunque la novela que nos ocupa no sea turbulenta en la mayor parte de su recorrido, sí que nos encontramos pasajes marca Dick®. Momentos de no entender nada, de cambiar de arriba abajo las reglas del juego, de dudar de si lo que creíamos que era cierto no lo era en absoluto. Citando al autor: 

"La Realidad es aquello que, incluso aunque dejes de creer en ello, sigue existiendo y no desaparece."

jueves, 14 de marzo de 2013

Buda en el ático


No voy a negar mi natural inclinación a recibir con los brazos abiertos cualquier lectura que tenga que ver de forma directa o indirecta con mi idolatrado Japón. Todo el mundo sabe que una buena disposición es clave para que un libro, una película, una obra de arte cualquiera acabe cuajando. Sin embargo, la novela de Julie Otsuka ha compensado con creces toda buena intención que pudiera tener hacia ella. Se ha alojado en una costilla y ahí sigue, enraizada y agitando, según el viento, todos los órganos con los que percibo. Me ha dado de lleno. Siento el tono efusivo, pero Buda en el ático ha conseguido convertirse en uno de los favoritos. Os presento a todo un caballo ganador.

Mil grullas

Empujadas por las promesas de sus futuros maridos de una vida llena de comodidades, un grupo de japonesas abandonan su país natal para probar suerte en América. Lo que allí encuentran dista mucho de lo que esperaban. La realidad no se hace esperar y se manifiesta ante estas mujeres aplastando sus sentimientos, su cultura y, finalmente, a ellas mismas. Cada una cuenta su historia, pero todas lo hacen con una voz común que las arropa y que las hace sentirse parte de algo en sus momentos más inhabitados. Las veremos llorar, tropezar una y otra vez, y alzarse con el fin de ver qué pueden conseguir de esa tierra desacostumbrada a los pasos lentos de estas mujeres.

viernes, 8 de marzo de 2013

¿Cómo debería ser una persona?


El hype, mezquino marketing, me ha hecho desear el libro de Sheila Heti desde la primera vez que tuve conciencia de él. Más aún cuando oí que Alpha Decay lo incluía en su catálogo ¿Un manual sobre cómo crear una obra de arte si no te consideras un artista? ¿Una biografía novelada sobre lo ridículo que resulta intentar ser alguien, quien sea? Firmo. En este terreno pantanoso de tribus urbanas, redes sociales, grupos de referencia y público objetivo, pocos yoes sobreviven a la manada homicida del nosotros. Así que, ¿por qué no hablar de esto? La identidad vive un auge que ni vampiros, ni sadomasoquistas, ni constructores de catedrales jamás podrán soñar. Y es que querer explicarle a alguien quién es uno y cuáles son sus circunstancias es lo más divertido que le ha pasado a la literatura en mucho tiempo.

Hay quien lo llama empatizar. Otros, voyeurismo. El acto de exhibirse, de cualquier modo, se vuelve explícito. Y puedes apartar la mirada o empaparte hasta decir basta. Y ya que llevo tanto tiempo esperándolo, ¿por qué no echar un ojo?


Soy un collage, ¡mirad cómo camino!

Toda persona es una proceso inacabado. Un eterno “Estamos trabajando. Disculpen las molestias”. En la mayoría de ocasiones se están llevando a cabo estas reformas sin permiso de obras, molestando a aquellos que nos rodean. Por el ruido que estamos haciendo entre palada y palada –no conozco nada que no emita sonido alguno al quebrarse-. Por nuestro constante mendigar de material para llegar a tiempo a la fecha de entrega. Por nuestras manos sucias. Por nuestros cansancio extremo. Todo molesta en aquel que está construyéndose. 

domingo, 3 de marzo de 2013

La campana de cristal


Uno nunca sabe cómo enfrentarse a los clásicos. Siempre se va con esa inseguridad de no saber si se estará a la altura. El miedo a no entenderlo. El miedo a entenderlo y que no te guste. Cuando se mira de frente a obras consolidadas, siempre tendemos a apartar la mirada antes de que algo mayor que nosotros nos deslumbre. Es como pedirle que baile contigo a la chica más popular de la fiesta. Claro que el mundo siempre es mucho peor en nuestras cabezas. Así que basta con acercarse. Y leer la primera línea. Y decir “Hola”. A partir de ahí, uno actúa en función de lo que vaya sucediendo. Da igual cómo acabe el encuentro. Al final, uno siempre tiene una historia que contar. En este caso, la de cómo salí vivo de la depresión de Esther Greenwood, protagonista de La campana de cristal.

Insuficiencia de oxígeno

Ser becaria con gastos pagados en una revista de moda en la Gran Manzana podría ser el sueño de toda chica. Esther Greenwood, sin embargo, lo encuentra algo superficial. Vestidos, maridos, brunchs, no son para ella la meta a perseguir. Sin embargo, allí está. Desde su pequeña ciudad hasta el corazón de Nueva York, Esther  nos narra en primera persona las desventuras de salir del cliché en el que se siente inserta. Y las ganas de arrojarse a cualquier tren en marcha que la lleve a vivir nuevas experiencias. Claro que todo tiene un desenlace y cuando su estancia en Nueva York toca a su fin, empieza la verdadera novela.

lunes, 25 de febrero de 2013

Aquí todo es mejor


Voy zanjando la lista de todos los Alpha Decay que quería leer. Puede que alguien me tache de hipster o de gafapasta de manual, pero lo cierto es que los títulos de su catálogo siempre me llaman la atención. Será que tienen a alguien en comunicación que lo hace muy bien. O que el diseño de sus libros es tan sumamente bonito que no puedo evitar adquirirlos por puro placer estético. O que sus historias me tutean desde la primera página, como si ya nos hubiésemos visto antes. Alguien dijo una vez que para conocer la historia de un lugar, de un momento, no hay que leer los periódicos, sino leer a los autores de dicho lugar, de dicho momento. Si esto es cierto, los libros de Alpha Decay están contando una historia de la que yo soy partícipe. Para bien o para mal, esta gente que habla, lo hace de mí y de los míos.

Hacerse adulto sin instrucciones

Y llegamos a los cuentos de Justin Taylor. Una colección de quince piezas que van desde la más absoluta exquisitez narrativa hasta la mera anécdota narrada sin la menor trascendencia. El maleficio de los libros de cuento prevalece aquí, haciendo que grandes historias convivan con otras menos dramáticas, más olvidables. Y es una pena, porque cuando Taylor lo hace bien, sus historias son refrescantes, multiperspectivistas y con el tono perfecto. Es el caso de “Una casa en nuestros brazos” donde un chico y una chica destinados a estar juntos prefieren jugar con otras personas antes que enfrentarse el uno al otro, a lo que realmente son. En otro cuento, “Resplandecientes gemas de la noche de los tiempos” una pareja disfuncional en extremo, mezcla literatura, torturas militares y cortadores de carne en sus prácticas sexuales. Piezas breves, carentes de una narración al uso, pero disfrutables como “Amber en la ventana en temporada de huracanes” o “Encontrándome” alegran el camino hacia el final del libro. Dándote una pausa, una tregua en ese aluvión de personajes que Taylor mete en sus cuentos por metro cuadrado.

martes, 19 de febrero de 2013

El cuento de la criada


Si leo ciencia ficción con frecuencia es porque necesito que algo llegue y que rompa los esquemas de lo que creía cierto. Ideas que pongan en pie de guerra lo que daba por sentado. Y es que distorsionando en extremo lo preconcebido puedo entender qué hechos, qué símbolos, qué actos dan forman a lo que entiendo por cotidiano. En esta novela de Margaret Atwood no hay naves espaciales, ni poderes extrasensoriales aunque no hacen falta para incluirla dentro de la literatura de género. El futuro que aquí se nos presenta es tan terrible que el individuo no tiene un enemigo al que enfrentarse. Ni una pantalla a la que dirigirse. Ni un cuerpo propio al que aferrarse.

El rojo no es un color

Las criadas son la solución para el gran problema que supone el descenso vertiginoso de la natalidad. Vestidas de rojo de principio a fin, son asignadas a familias con recursos para que pueden perpetuar el linaje. No hay posibilidad de réplica. Ya no queda nada de aquella vida de finales del siglo XX. Las libertades individuales y los sentimientos se han convertido en un tema tabú sobre el que hablar, una utopía por la que ya nadie lucha.

martes, 5 de febrero de 2013

Nosotros los animales


Llevo una ristra de lecturas breves a cuesta. Nada serio. Nada complicado. Nunca superan las doscientas páginas y están acorde con la falta de constancia que impera hoy día en mi vida. Leo. Dos, tres tardes y luego me despido. Todo iba según lo planeado. Hasta que descubrí a una alimaña en la estantería. Una bestia escurridiza que al intentar sacarla de su lugar, me mordió la mano. No iba a ser una lectura fácil. No por la prosa. No por el estilo. Sino porque estaba ante uno de esos libros raros con una soberbia insultante. De los que entre líneas guardan un cepo y una vez finalizados, al intentar alejarnos, vemos cómo nuestro pie no responde, nuestras siguientes lecturas no tiran. De alguna forma, me estoy viendo obligado a seguir entre animales. Comer con las manos. Comunicarme con gruñidos. Y es que hasta ahora no había rendido cuentas con la parte menos domesticada de mi persona.

Donde viven los monstruos

No hay periodo más animal que la infancia. Cuando uno aún no ha sido socializado. Cuando todo -o casi- está permitido. Son los 80 y en el barrio de Brooklyn hay una manada formada por tres hermanos dejados de la mano de Dios. Una madre cansada y ausente. Un padre vivo, volátil y violento. Todo el tiempo del mundo y un paisaje desolado lleno de carroña. Y hambre, el hambre como elemento definitorio de estos animalillos escuálidos y vivarachos. Las aventuras de estas criaturas son contadas aquí con la crudeza de la carne fresca y la belleza temporal de aquello que ha ocultado los colmillos por momentos.

lunes, 28 de enero de 2013

El único final feliz para una historia de amor es un accidente



No pude resistirme. No iba a comprar ningún libro aquel día. Pero allí lo encontré, destacando entre el resto. Su maravillosa portada con ese fugu gigante me impedía ver cualquier otra cosa. Su título, a todas luces, una declaración de intenciones en toda regla. Al darle la vuelta y leer su sinopsis, su extraña visión de un Tokio pensado exclusivamente para el regodeo emocional del extranjero fue decisivo. Salí de aquella librería incrustada en el costado de un museo de Barcelona con mi ejemplar de El único final feliz para una historia de amor es un accidente. Aún no sabía qué puertas estaba cruzando en aquel momento.

 Gaijin, mon amour

El extranjero es una falta de cortesía per se. Un bárbaro incapaz de entender los matices del Japón milenario. Una invasión sutil frente a la cual Mishima se reveló de la forma más macabra. Sin embargo, una forma de rebeldía contrapuesta será llevada a cabo por Shinsuke cuando caiga rendido ante los encantos de una polaco-rumana llamada Iulana. Una ofensa, otra más, para su dictatorial y bizarro padre, el aclamado poeta Atsuo Okuda. Retirado ya de los circuitos literarios y dedicado al cien por cien a la observación y escrutinio de la vida de Tokio a través de una red de cámaras y micrófonos instalados por toda la ciudad. En este voyeurismo analítico se va gestando la venganza personal del padre contra el hijo. De la soledad con el intento de algún tipo de amor.  Del poder ejercido por el simple hecho de poseerlo contra la intensidad de vivir una historia cuyo desenlace no puede ser más que un accidente en toda regla. Ya  nos avisa desde el título.

viernes, 18 de enero de 2013

Una forma de vida


Cuanto más leo, más discrepo con la idea de tener escritores fetiches. Creo, sin embargo, en escritores demoledores en un momento puntual de nuestra vida y en obras concretas que nos atrapan. Hoy por hoy he renunciado a casi todos los contratos de permanencia que tenía con mis autores más idolatrados. Ya no me desvivo por Murakami, ni salgo a la caza de todos los Coupland, ni releo, ya no, las obritas gigantes de Amélie Nothomb.

No pensaba leer de forma voluntaria la última novela de Nothomb y aquí estoy. Y una vez leída, puedo aseverar que hubiera cometido un error estúpido si no le hubiese dado una oportunidad.  Y es que hacía tiempo que la belga no me sorprendía y con Una forma de vida lo ha conseguido.

La invasión de los ultracuerpos

En esta ocasión Amélie vuelve a usar su propia voz para narrar la historia ¿real? de su intercambio postal con un soldado americano obeso, destinado a Irak y fan acérrimo de la autora.

sábado, 12 de enero de 2013

Glaciares



Una de las más recientes incorporaciones del catálogo de Alpha Decay cayó hace poco en mis manos gracias a @Karostra. Contagiada aún por los tiempos sin prisas de la protagonista de esta novela breve, quiso compartir conmigo esta historia de vestidos viejos y recuerdos imborrables. Un cuento que, como bien dice ella en su blog “…no corre, pasea. Respira hondo, coge grandes bocanadas del aire. Susurra, se queda en silencio, espera el deshielo…”.

Costumbrismo urbano en tiempos de Internet

Isabel vive sola con su gato. Tiene veintitantos y trabaja restaurando libros. Su día a día transcurre sin muchos sobresaltos. Original de Alaska y residente actual de Portland, Isabel se escapa de las prisas propias del mundo en el que vive. Pasan a su lado, ignorándola, dejándola hacer a su ritmo lento.  Mientras el mundo no para de dar a luz a psicóticos sociales atados a sus trabajos y a relaciones destructivas, amantes de la comida rápida y el sexo exprés, Isabel se demora tanto como puede en su sosegado estilo de vida.

domingo, 6 de enero de 2013

Entrevistas breves con hombres repulsivos



Y llegó el día señalado. El juicio, al final. David Foster Wallace y yo nos hemos cruzado. Una cita complicada por las expectativas depositadas el uno en el otro. Y es que no sé si he estado a la altura. Tampoco sé si la fama que le precede ha sido humo o fuego. Lo cierto es que tras leer estas Entrevistas breves con hombres repulsivos aún sigo sin tener claro del todo lo que ignoraba del encumbrado y difunto autor de La Broma Infinita.

A la caza del último hombre bueno

Las relaciones en estos tiempos que corren son, en muchos casos, análisis psicopatológicos de los miembros implicados. El amor requiere tratamiento. Y el sexo nunca, nunca es la cura de nada. Ellos y ellas se lanzan a batallas que saben de antemano que no pueden ganar. Y es ahí donde Foster Wallace muerde. Lo absorbe y lo suelta en esta colección de cuentos y otros textos difíciles de definir, a caballo entre muchas cosas.