miércoles, 27 de noviembre de 2013

Magia para lectores




Lethem, Chabon y Gaiman hablan maravillas de ella. Cuando se buscan referentes en su obra, surgen nombres como Munro, Borges, Philip K. Dick y Kafka. Ante este desfile de personas y personalidades, uno sólo puede preguntarse ¿quién es esta Kelly Link y dónde estaba escondida hasta ahora? Seix Barral publicó en 2011 una recopilación de sus cuentos más significativos. Recopilación que bajo el nombre Magia para lectores sirve de carta de presentación para ella, la Reina de lo Extraño.

Érase una vez en la que todo era nuevo (y raro)

Cuando vas acumulando lecturas, el sentimiento de ya visto, ya leído suele aparecer con frecuencia. Cada vez es más difícil que llegue algo y cambie los esquemas de lo narrativo. La sorpresa de lo nunca visto. Y aunque la autora de la que hablo hoy está lejos de esos renovadores estilísticos de los que todo el mundo habla, Link trae sangre fresca, tinta nueva a la concepción del relato. Somos pequeños de nuevo. Y necesariamente adultos. Sí, Link pone tal precio de entrada. Derrocar las conciencias de las etapas vitales para entender que lo extraño se acerca a nosotros en cualquier momento.


En estos cuentos -Link sólo escribe cuentos- uno puede encontrar prácticamente de todo. Series televisivas de emisiones sospechosas, bolsos que ocultan civilizaciones, bailarinas-ladronas de bancos, un grupo de violonchelistas que compiten por embrujar sus instrumentos con un fantasma dormido, amas de casa que pintan tan a menudo las habitaciones que reducen las dimensiones de las mismas… La lista es interminable. Lo real subyace tras toda esta parafernalia. Y lo que da miedo y produce estupor es que la barrera entre todas las realidades posibles se disuelve con facilidad, sin que nos demos cuenta. Le arrebata al mundo conocido todo lo identificable. Y nos deja solos, buscando fascinados algo que pueda ser designado como nuestro, como propio, como hogar.




Recetas imprevistas para festines incongruentes

Una de las cosas que más me ha fascinado del estilo de Kelly Link es todo ese aire de improvisación que se respira en sus relatos. Como si no hubiese rumbo definido. El cuento parece estar construyéndose sobre la marcha, a la vez que tus ojos van avanzando, las líneas del texto se van entretejiendo. Esa sensación casi mágica cobra un valor extra al tener en cuenta que casa a la perfección con lo que se está narrando.

Link es una maestra del ritmo y cada uno de sus cuentos es una clase magistral sobre cómo gestionar la información, la sorpresa y esos datos irrelevantes que en manos de la escritora norteamericana se convierten en una guarnición rocambolescamente hermosa.

Nada sobra o todo es innecesario. Sigo sin tenerlo claro. Pero la forma en la que todo nos llega, la magia silábica en la que Link ha sido entrenada es tal, que por momentos estamos ante un auténtico caso de hipnosis textual. De gula perceptiva. La relectura aquí es necesaria. La necesidad de repetir plato es una exigencia del guión. Todo lo que podría caer en el olvido queda expulsado de las páginas de esta recopilación. Y no hay truco. No existe más que  la capacidad de Link para dejar claro que un adulto medio sigue teniendo en su haber la capacidad de asombro. Y ésta podría volver a respirar y henchir el pecho si dejásemos de sentarnos encima.




Un ruego. Una petición. Un favor. Una orden.

El origen del cuento como método de explicación del mundo. Ahí acampan todas estas palabras. La hoguera como ambiente narrativo. El cuentacuentos como hilo único de voz que interactúa con sus oyentes, que les increpa, que conoce el final y desconoce ciertos pasajes. La reinvención del principio. La explosión de elementos perceptibles. El contacto y los silencios. Kelly Link nos lleva de acampada. Nos refugia en una cueva. Nos invita a su casa cuando la lluvia se vuelve torrencial. Y una vez ahí, en sus manos, empieza la historia que necesitábamos oír desde tiempo inmemoriales.

Y esta experiencia es algo irrepetible. Por ello, no gastes estos cuentos. Úsalos con sabiduría. Tenlos en lo más alto de la estantería. En una vitrina de cristal a prueba de balas. En el horno que ya nadie usa. O bajo la baldosa que se mueve. No permitas que tu gula los despiece en una tarde que se antoja larga, en un fin de semana sin llamadas perdidas. Estos cuentos vienen en manada, pero se sueltan de a poco.

Kelly Link (Miami, 1969)
Cuando el viento sople fuerte te recomiendo que lo intentes con Monstruos Preciosos. Si se atreven a dejarte con el corazón roto, yo te contaría Matrimonio con zapatos. Si quieres hacer reformas, dedícale un tiempo a Animales de Piedra. Cuando la noche sea demasiado larga, léete La Chica Detective. Y si estás a punto de reñir a tu felino por alguna de sus trastadas, Piel de Gato debería servirte de advertencia.

Cada uno tienen su momento. Y puede que tengas que leerlos todos por primera vez como hice yo para entender el instante adecuado en el que la vida y un cuento de Link se solapan. Pero una vez que sepas cómo usarlos, por favor, no abuses de ellos. No utilices estas historias para vengarte de un enemigo. Ni para conseguir algo que sabes que no te mereces. Esta fuerza narrativa antigua debe permanecer entre las páginas. Debe servir para encender y no para apagar. Sólo quería que quedase claro.





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Cuando Carleton tenía tres meses, Henry se dio cuenta de que algo había entendido mal. Los bebés no eran bebés: eran minas antipersonas, trampas para osos, nidos de avispas. Era un ruido que en ocasiones no era ni siquiera un ruido, sino un mero escuchar en espera de ese ruido. Era un olor húmedo y terroso. La manifestación  pegajosa, entrecortada y convulsa de lo contrario del sueño. En una ocasión, Henry se quedó mirando cómo Carleton dormía plácidamente en la cuna. No obedeció a su impulso. No se inclinó sobre el bebé ni le gritó al oído. 

7 comentarios:

  1. Wow, esto sí que es una sorpresa. No he leído este libro pero sí Stranger Things Happen y me gustó mucho, tanto como para seguirle la pista y encontrar algún relato perdido por la web, algo así como con Justin Torres aunque los relatos de él que he encontrado me han parecido más flojos, con los de Link he acabado más saciado. En definitia, que la reseña me empuja a salir corriendo a por él. Un abrazo :)

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    1. Lo cierto, Jose, es que este es un recopilatorio de sus mejores cuentos y no la traducción de "Magic for beginners". Por lo que es posible que se hayan traducido aquí cuentos que ya te has leído. Sin embargo, hazte con el ejemplar porque es una maravilla y tiene un precio de saldo a 5'95.

      Sí, con Link quedarse saciado es obligatorio. Pero quiero más!

      Gracias por pasarte!

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  2. Genial reseña! No conocía a la autora, pero me has dejado con ganas de investigar un poco y sobre todo, de apuntarme esta joyita que nos traes.
    1beso:)

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    1. Hola Elena!

      Sí, si puedes hacerte con un ejemplar te invito a ello. Sus cuentos son una maravilla. No te arrepentirás. Son únicos.

      No ha tenido mucho ruido su publicación, pero no por ello, no merece la pena.

      Gracias por pasarte!

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  3. Te doy la razón en todo lo que dices, menuda reseña. Menuda Link, ahora estoy con Monstruos Preciosos. Has descrito a la perfección lo que el lector siente ante estos geniales relatos. A mí también me parece que va improvisando sobre la marcha y lo que más me gusta es el descaro, que aquí no hay tapujo alguno, escribe lo que le sale del vientre. Como lector me siento afortunado, como amigo y seguidor tuyo de nuevo te estoy agradecido.
    Besos

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    1. Hola Jordi, me gusta cuando discrepamos. Pero mucho más cuando llegamos a un lugar común. Y es que Link se merecía que alguien hablase de ella. Y que gastásemos en ella el tiempo que se merece. Dijeron en Seix Barral que publicarían más de ella. Y para 2015 ella trae nueva colección de relatos y su primera novela. Espero que estés por aquí para hacer el viaje juntos.

      Gracias por tus palabras!

      Besos!

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  4. Me ha encantado tu crítica. Bien hecho!

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