¿Cuánto es el tiempo que le dedicáis a entender la relación
de los libros que vais adquiriendo? En muchas ocasiones, la temática o el autor
son el nexo de unión entre vuestras lecturas. Sin embargo, si se presta una
atención extra, uno acaba descubriendo todo tipo de conexiones que no estaban
ahí en un principio cuando dichos libros aparecieron. Nadie habla de que los
vientos de noviembre suelen arrastrar fuera del dibujo toda esa arena que nos
impide ver qué sucede cuando no estamos mirando. Aunque ellos ya se conocían
entre sí, estos son mis nuevos libros.
Los Simpson y la
filosofía – VV.AA.
¿Quién no ha visto en bucle todos esos capítulos de Los
Simpson a la hora de comer y ha experimentado cierta satisfacción al saber qué gag
vendría a continuación? ¿Cómo es posible no sentir hastío por algo que se
repite hasta la saciedad? ¿Existe un cuerpo teórico o arquetipos que queden
fielmente representados por los habitantes de Springfield? La filosofía está de
moda. El pensamiento ontológico no sólo es uno de los platos fuertes de
cualquier brunch, también ha cobrado validez a niveles denotativos. Esta
búsqueda del intelectualismo low cost
encuentra en este libro de Blackie Books su Grial.
Peyton Place – Grace
Metalious
¡Bienvenidos a los orígenes del thriller psicomelodramático
femenino! No he sido yo el que ha etiquetado el libro bajo este género, sino
Izaguirre en el prólogo con el que se abre esta edición. La visibilidad de las
mujeres en la América más retrógrada y racista de los años 50. Una vuelta de
tuerca que puso patas arribas el concepto de literatura cuando aún no se
utilizaban términos como best seller
para definir justo lo que este libro provocó.
Corazones en la
Atlántida – Stephen King
Y de los orígenes del best seller a su más fiel
representante. Su productividad y sus ventas siempre lo han alejado de los
círculos más exquisitos. Sin embargo, noto cierta solidez reciente en la imagen
de King, una tendencia necesaria a revisar su obra, por encontrar en ella no
sólo novelas de género, sino composiciones en la que los personajes hablan por sí solos sobre la calidad de su creador. Puede que empiece una sección para King
dado que en los últimos IMM ha ido apareciendo sin falta. En este caso,
Corazones en la Atlántida ha sido el elegido.
Luz y oscuridad –
Natsume Soseki
Aunque confieso que todavía no he leído Botchan ni Kokoro, sus
obras más representativas, este Luz y
Oscuridad llegó a mí incluso antes de ser consciente de su existencia. Obra
póstuma y comentada por Kenzaburo Oe, el último escrito inconcluso del maestro
japonés llega ahora en castellano de la mano de Impedimenta. Y no sé cómo decirlo, pero siento que este
libro sin final es un buen punto de partida.
Cuerpodivino –
Theodore Sturgeon
De pronto, vi cómo en mi pila de noviembre coincidían dos
novelas no publicadas con su autor vivo. Este póstumo Cuerpodivino es,
dicen, el colofón final a toda la obra de Sturgeon. Uno de mis autores
estrellas de esa ciencia ficción antropológica que tanto me dice. Sexualidad,
religión y visitaciones. Todo de la mano de un tipo muerto cuya obra sigue
viva, le pese a quien le pese.
Estambul – Orhan
Pamuk
Hubo un tiempo en el que los autores con el Nobel no me
interesaban en absoluto. Debo de estar haciéndome viejo, porque ahora encuentro
cierto regusto fetichista en dar con ellos. No negaré que algunos siguen sin llamarme la atención -no diré nombres-, pero hay unos cuantos que miro fascinado con los ojos y
la mente muy abiertos. Es el caso de Pamuk, cuya obra voy acaparando mes tras
mes. Y es que Turquía es el territorio manifiesto de lo antagónico, el lugar
donde dos mundos que colisionan encuentran su intersección. Es la clave y es el
acierto. Y Pamuk, no sé, siempre me acaba convenciendo.
Amo a Dick – Chris
Kraus
Justo el mes pasado ya lo dije. Lo dije en Twitter. En
coloquios, en callejones, en la parte de atrás de algún coche lo dije. Alpha
Decay tiene en su haber la mejor recta final del año del sector editorial.
Desde septiembre no han publicado ningún libro que no haya pedido
explícitamente a amigos, conocidos o familiares. Pero como la filtración es
obligatoria, han sido dos los que han caído en el saco. Y es que este Amo a Dick
es, en palabras de Rodrigo Fresán, el manifiesto de un neofeminismo
solipsista y depredador. Una versión academicista de la Glenn Close de
Atracción Fatal. Amén.
La velocidad de las
cosas – Rodrigo Fresán
Y Fresán otra vez. Pero en esta ocasión hablando de lo
propio. De lo que sucede cuando un escritor de su talla y empaque decide decir
qué es lo narrativo, qué es contar y cómo estamos programados para ello. Todo
envuelto en ese estilo particular en el que la página del libro se convierte en
la barra de un bar. Voy a recuperar una por una las obras de Fresán y no voy a
parar de hablar de él hasta que todo el mundo quiera tenerlo a su lado con
tantas ganas como yo. ¡¡He dicho!!
Naíf. Súper. – Erlend
Loe
Desde que descubrí la existencia de este libro, he querido
tenerlo entre mis manos. Se presupone una novela juvenil con ciertos tintes
existenciales y de origen nórdico (a nivel editorial y geográfico). Pero que
nadie lo confunda con el Nada de Teller. Aquí hay alabanzas y euforia por los
cuatro costados. Y como supongo que tardaré en hacer esta reseña, os dejo con
la crítica que mi amigo @yossibarzilai hizo en su momento.
La casa de las bellas
durmientes – Yasunari Kawabata
No me basta con Pamuk. Ni con Soseki. Otro nobel y otro
japonés, en este caso, en la misma persona. Como todo sabéis, me alimento de
literatura japonesa. Y cada mes engroso mi librería con algún título que espero
leer algún día en versión original. Este mes el sustento llega con Kawabata y su
particular casa de bellas muchachas que mientras duermen… No, no diré más. Sin
duda, un auténtico genio.
NW – Zadie Smith
Desde que leí la super entrevista que Babelia le hizo a Zadie Smith a colación de su última novela publicada, este NW, no he podido parar hasta dar con el libro. Una de las portadas
más horrendas del 2013 –Salamandra también es consciente y, como veis en la
imagen, le ha puesto una Faja XXL para cubrirla-. Y uno de los libros más
interesantes que promete esta recta final de año. Traducción del todoterreno Javier Calvo, que hará doblete justo al final.
Dientes Blancos –
Zadie Smith
Y sucede. Te compras la última novela de un autor y de
pronto alguien llega, un día después, y te regala su debut literario. Esa obra
por la que Granta bebería los vientos por Zadie Smith cuando sólo era una
revolucionaria textual. Los latidos urbanos del Támesis a mediados de los 90 y
los cambios que tuvieron lugar después. Tener estos dos libros de Smith es
perfecto no sólo para comparar quién era y quién es esta autora, sino para
entender qué queda de aquel Londres cuya evolución y mestizaje es el gran in
crescendo antropológico de finales del siglo XX.
La Casa de Hojas –
Mark Z. Danielewski ♔
No tengo ni idea de cómo relacionarme con la Joya de la
Corona de noviembre. Es el libro más raro que ha caído en mis manos en mucho
tiempo. Cada noticia que soltaban sobre su traducción (de nuevo, Javier Calvo),
maquetación o contenido era recibida como un milagro sin explicación ni lógica.
Y ahora que está aquí, ahora no sé cómo relacionarme con él. No sé si quiero
leerlo o dejar que sea el libro quien me observe a mí por un tiempo. Tengo que
entenderlo como algo tangible antes de empezar con él. Y ya sé que todo esto
suena rarísimo. Pero en mi cabeza tiene sentido. Y al abrir la primera página
necesito que ese Esto no es para ti cambie por completo.
Aquí un fanático de Los Simpson, de los que ha visto en bucle todos esos capítulos a la hora de comer y ha experimentado cierta satisfacción al saber qué gag vendría a continuación (y que los repite constantemente para infortunio de amigos y familiares). La mejor serie de animación de la historia. Hilarante. Trascendental. Inolvidable. Irreemplazable. ¿Sigo? Veo que este mes traes muchas cosas interesantes (y cuándo no...), pero destaco el de King, que aún no he leído, el de Kawabata, que me abrió un mundo nuevo y narcotizante, y por supuesto, los de Alpha Decay. La casa de hojas. Otro nivel. Soy un despistado por no haber leído nada de Soseki, ¡y eso que tengo un libro suyo en casa! También me ha llamado mucho la atención Cuerpodivino, aunque las obras póstumas siempre me han dado un poco de repelús. NW ha caído este mes. Imposible no llevárselo al descubrirlo en la librería, sin saber que ya había sido publicado en castellano. Y a mí no me parece tan horrorosa la portada :( Aunque la faja me gusta más xD Ya nos irás contando qué te parecen todas estas preciosidades. Un abrazo!
ResponderEliminarHola Jesús!
EliminarSí, creo que Los Simpson forman parte del background de toda nuestra generación, por lo que hablar de ellos siempre ha resultado un poco hablar de nosotros. A ver qué mejunje surge de la mezclar: Springfield y Filosofía.
Sin duda, Kawabata y Soseki tienen que ser leídos. Tengo pendientes muchas cosas de ellos. Siempre hay un libro más, otro, que leer sobre Japón y alrededores.
¿Qué puedo decir de Casa de Hojas? Si ya lo sabemos todo y cuando entramos en el libro no entendemos absolutamente nada. Da miedo. Espero que sepas llegar al libro.
La portada "captura de pantalla de Google Maps" de NW es lo peor que he visto en siglos. He dicho!
Gracias por pasarte! ; )
Otro fan de Los Simpson por aquí, tengo todas las temporadas en un disco duro externo y me gusta revisitar los antiguos en opción shuffle.
ResponderEliminarDe los que propones me los llevaría todos, el de Erlend Loe llegó a mí desde el otro lado del océano de manos de una persona que prefirió dármelo " porque me gustan esas cosas" en vez de destrozarlo con sus manos... "Estambul" lo tengo pendiente, el de Fresán también y en cuanto a Zadie Smith, he leído muchos relatos sueltos en revistas y siempre me han parecido magníficos, tengo también libros en casa.
En cuanto a Natsume Soseki, tengo varios, incluido el celebérrimo "Soy un gato" pero me he propuesto empezar por Daisuke.
La experiencia con La casa de hojas está siendo más que grata pero es cierto que hay que encontrar el momento adecuado. Miraré el de Chris Kraus y especialmente el de Sturgeon.
De Stephen King leeré si me da tiempo este mes Doctor Sleep, más que nada por seguir la tradición.
Ah, y Kawabata... leí País de Nieve y la prosa (en traducción, claro) me fascinó. El próximo será "Mil grullas", croe que no me dejo nada atrás. ¿Muchas gracias por la mención y un abrazo!
Hola Jose!
EliminarSí, estamos los fans de Los Simpsons aquí en manada. ¡Somos muchos y ruidosos! A ver qué tal resulta la experiencia filosófica de lo amarillo.
Me pasa con Zadie Smith que va apareciendo allá donde quiera que vaya. Y nunca encuentro el momento adecuada para leerla. Y va siendo hora de aplazar cosas, no sé, la vida, y ponerme con sus demoledores libros (además, confieso que quiero sus ensayos 'Cambiar de idea').
¿Por qué Daisuke? Ahora no puedo, sino quererlo también yo. Maldita empatía psicótica!
De acuerdo contigo en cuanto a Casa de Hojas, mejor encontrar su momento. Porque el libro lo necesita. Ya leeré tu reseña. Porque la harás ¿no?
Gracias por pasarte!
Ostras qué de libros, Sergio.
ResponderEliminarMe gusta mucho de lo que traes, y estoy pendiente de comprar la recomendación de Jose :-)
La casa de hojas es para cogerla el punto, una vez hecho va volando y no necesitas pararte en nada para comprender sus entresijos.
Besos
Hola!
EliminarSí, cada vez me paso de la raya. Y acabo pecando de más. Tienes razón en lo de 'La Casa de Hojas', tendré que encontrar ese momento mágico entre el libro y yo. Ese momento en el que sus puertas se abran y yo pueda cruzarlas. Lo he esperado durante tanto...
Espero leer tu reseña!
Un abrazo!
Gracias por pasarte!