
Las musas saben dónde vives
Imp
ha escuchado el canto de las sirenas y el aullido del lobo. La llamada de lo
salvaje resuena en su cabeza a un volumen ensordecedor. Porque Imp es la última
superviviente de una larga tradición de mujeres esquizofrénicas. Una bestia
agazapada que anida en su mapa genético y que se manifiesta ante los estímulos
más inesperados. Sobre todo si esos estímulos tienen una naturaleza
sobrenatural. Y es que Imp está obsesionada con un cuadro, La joven ahogada, que una vez vio en un museo, y con todo lo que
dicha imagen esconde. Que es mucho. La sombra de una sirena y la promesa
de una muerte horrenda anidan en sus fibras. La llegada de dos criaturas transformadas
en auténticas mujeres hará que la batalla se desencadene: en primer lugar,
Abalyn; en segunda posición y por partida doble, Eva. Las tres piezas claves de
este rompecabezas en el que la imagen formada tras su resolución dista mucho de
ser complaciente y lógica.
La
promesa de salir a flote o de hundirse para siempre en el misterio que carece de
aire y presume de profundidad. Esta es la historia de dicha dualidad amenazante.
El relato de cómo todo se distorsiona dentro de nosotros para otorgarnos nuevos
roles, nuevos patrones de conducta y nuevas formas de mirar a aquello que ya
nos ha vencido anteriormente.