Mostrando entradas con la etiqueta Valdemar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Valdemar. Mostrar todas las entradas

domingo, 13 de julio de 2014

La joven ahogada

Hasta que la novela de Kiernan no estuvo en la calle, ya avanzado un tiempo, no tuve conciencia de la existencia de ella. Luego, cuando vi la hermosa edición que Valdemar se había trabajado, así como la historia de la creación artística a través de la psicosis y la locura, no pude más que ir en su búsqueda. Ahora, tras haber acabado la novela, puedo decir que el viaje ha sido satisfactorio pero con considerables altibajos. La magia ha sido forzada en algunos recodos y quizás eso ha resentido mi lectura, pero es innegable el talento de la autora para crear ambientes, así como una prosa hipnótica. Hay sin duda mucho que sale a flote en esta novela sumergible.

Las musas saben dónde vives

Imp ha escuchado el canto de las sirenas y el aullido del lobo. La llamada de lo salvaje resuena en su cabeza a un volumen ensordecedor. Porque Imp es la última superviviente de una larga tradición de mujeres esquizofrénicas. Una bestia agazapada que anida en su mapa genético y que se manifiesta ante los estímulos más inesperados. Sobre todo si esos estímulos tienen una naturaleza sobrenatural. Y es que Imp está obsesionada con un cuadro, La joven ahogada, que una vez vio en un museo, y con todo lo que dicha imagen esconde. Que es mucho. La sombra de una sirena y la promesa de una muerte horrenda anidan en sus fibras. La llegada de dos criaturas transformadas en auténticas mujeres hará que la batalla se desencadene: en primer lugar, Abalyn; en segunda posición y por partida doble, Eva. Las tres piezas claves de este rompecabezas en el que la imagen formada tras su resolución dista mucho de ser complaciente y lógica.

La promesa de salir a flote o de hundirse para siempre en el misterio que carece de aire y presume de profundidad. Esta es la historia de dicha dualidad amenazante. El relato de cómo todo se distorsiona dentro de nosotros para otorgarnos nuevos roles, nuevos patrones de conducta y nuevas formas de mirar a aquello que ya nos ha vencido anteriormente.