jueves, 10 de noviembre de 2011

La hoguera de las vanidades


Triángulo de ardor bizarro


Tres habitantes en Nueva York. Sherman McCoy, un agente de bonos cuyo ego inflamado cree que lo separa del resto de mortales. Larry Kramer, un abogado de la fiscalía atrapado en un matrimonio que le aburre y cuya afición por el flirteo con otras mujeres lo reduce a un ser mediocre. Peter Fallow, un periodista decadente de origen inglés incapaz de encontrar una buena historia. Estos tres personajes extremos van a encontrarse de forma directa cuando McCoy atropelle a un chico negro en el Bronx y se dé a la fuga. El periodista intentará sacar esta historia a la luz y Kramer empezará una caza para atrapar al prófugo.




A la fiesta montada por estos tres protagonistas, se sumarán una infinidad de caricaturas neoyorquinas que perfilan el relieve de la Gran Capital del mundo. Personajes y personajillos que habitan barrios-guetos, lofts que coronan rascacielos, comisarías, redacciones de periódicos, pequeños pisos para infieles. Wolfe nos hace de guía en este tour ecléptico por Nueva York en pos de resolver un intento de homicidio con un trasfondo político, racial, sentimental y circense, mediáticamente circense.



Hasta la última hoja de Central Park

Estamos ante una novela río de gran envergadura. En su amplia extensión, el texto de Wolfe describe con todo lujo de detalles cada rincón, cada pensamiento o giro inesperado que sucede aquí. Es enriquecedor el amplio conocimiento que uno adquiere sobre Nueva York, pero, aviso para navegantes, a veces puede llegar a sobrecargar. El overbooking de información pertinente y secundaria tiene lugar durante todo el libro, pero en el último tramo llega a molestar cuando quieres que el autor se centre en la resolución de los conflictos. ¿Saldrán triunfadores estos perdedores morales o el ego los devorará sin miramientos? No, éste no es el momento para una descripción de cuatro páginas sobre el restaurante en el que están cenando.


El punto de vista que trabaja la novela pivota sobre los tres personajes principales, por lo que veremos cómo va avanzando la historia desde tres ópticas muy distintas. Esto otorga mucha versatilidad a la novela, no sólo en cuanto a escenarios, también en la forma en que cada uno tiene de triunfar o fracasar en las rotundas calles neoyorquinas.



I love NY, but NY kills me

Decía esa gran canción que el equilibrio es imposible y Nueva York es una ciudad habitada por funambulistas que desconocen esta máxima. Todos suben como fascinantes globos de helio, ignorando a conciencia que ese mismo globo sufrirá un descenso irreversible cuando el gas noble abandone sus pulmones de plástico. Eso es Nueva York. Eso es lo que nos cuenta Tom Wolfe sobre la ciudad. Ése es el falso calor que produce esta hoguera que no usa madera para mantenerse viva, sino egos infantiles que estos personajes usan como muletas.


El racismo como excusa para acaparar una primera página. La justicia como método de prostitución. La infidelidad como Plan B para quienes nunca tuvieron un Plan A. Nueva York, con su Gran Manzana y su Gran Gusano, está llena de dobles sentidos. Multicultural, multitudinaria, multiplicada por matices perversos. Una ciudad que puede matarte sin que por ello dejes de sonreír porque, por fin, todo el mundo hablará de ti.




Pongamos que un joven nace y crece en las calles de Harlem, y consideremos las posibilidades que tiene de que la policía acabe fichándole. ¿Entiende? La policía tiene ficha de ese joven. Una ficha de la policía. De manera que si viene usted y les dice a todas las personas que han estado alguna vez en la cárcel, y a las personas que han salido de la cárcel, y a las personas que están en libertad condicional, si usted les dice: "Usted, usted y usted no pueden participar en el renacimiento de Harlem porque están fichados…" ¿Entiende? Entonces ya no estamos hablando de un renacimiento de Harlem. […] Nos estamos engañando a nosotros mismos. Estamos dejando de buscar soluciones radicales. Estamos jugando otra vez al juego de siempre, sólo queremos ver las mismas caras de siempre. Estamos poniendo otra vez en práctica el antiguo colonialismo de siempre.

3 comentarios:

  1. ¿Y te sentiste bien entre las páginas de este monstruo:)?

    Tanto NY concentrado, sus tentáculos peligrosos.. me abruma.

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  2. Siempre me han llamado la atención las novelas que discurren en Nueva York, porque me muero por conocer esta ciudad, y como de momento no me lo puedo permitir, lo hago a través de los libros. Apuntado queda.

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