Aunque
suelo leer manga y cómics en general, no suelo reseñarlos porque éstos tienden
a tener números infinitos de capítulos. Es difícil hacerse una idea global y
concluyente de una serie que lleva años sin interrupción. Hoy haré una
excepción. Una excepción cómoda, debo añadir. Porque el manga del que quiero
hablar cuenta con dos únicos tomos. Sin nuevos números en el horizonte
haciéndome cambiar los planes. La chica
a la orilla del mar es una herida abierta con forma de historia cerrada. Y
bien merece toda la atención posible. ¿Qué hay aquí dentro que brille tanto?
Toda la oscuridad propia de Inio Asano explicada en lengua común. Milky Way
Ediciones nos ha hecho un favor a todos (y así misma) trayendo al idioma de
Cervantes una historia sobrecogedora, con una edición maravillosa, asequible y
que cuenta con una traducción bastante certera. Pero entrando en materia, ¿de
qué va todo esto?
Aquellos maravillosos
años
Koume
es una chica de instituto que sufre un desengaño amoroso con un chico mayor.
Tras este descalabro emocional propio de la adolescencia, ella decide
refugiarse en Isobe, un chico de su mismo pueblo que está enamorado de ella. Lo
que Koume no sabe es que un refugio sólo puede protegerte de la amenaza
externa. Un refugio puede ser muchas cosas a la vez.
La
relación de estos dos quinceañeros avanza de forma inexorable hacia una
oscuridad de la que ninguno puede salir. El cuerpo de ambos empieza a cobrar
nuevas formas. Los orificios se confunden. Y el sexo carente de sentido se
manifiesta por cada rincón de este pueblo costero en el que todo el mundo se
conoce. Una sexualidad desvinculada de emociones que sirve para huir de lo que
duele o para llegar hasta donde siempre hemos querido estar.
Las
consecuencias de sus actos no se harán esperar. La llegada de una verdad que
ambos estaban evitando lo cambiará todo. Y el dolor pasará de ser emocional a
físico cuando entren en escena terceras personas en esta especie de purgatorio biplaza.
Un capítulo de Skins dirigido por Lars Von Trier
El
estilo gráfico de Inio Asano es un regalo para la mirada. La capacidad de
detalle en entornos y en rostros puede dejar a cualquier con la boca abierta el
tiempo suficiente como para parecer idiota. La multitud de escenas sexualmente
explícitas están cargadas de una belleza oscura acorde con las intenciones de
una trama bien elaborada. Y es que si algo deja claro Asano en su díptico, es
que en su aparante sencillez y costumbrismo visual se agazapa un argumento retorcido como pocos. Un cuento amoral y desencantado cuyos giros y actitudes hacen
pensar que no estamos ante una historia para adolescentes aunque sean éstos sus
protagonista.
La
capacidad para romper a sus personajes, convierten a Asano es una versión
gráfica de Lars Von Trier. Y nos recuerda en cada página la capacidad para
sentir demasiado que define a cualquier adolescente en fase de transición hacia
la edad adulta.
La crisálida y el río
La
crisálida manufactura belleza porque aísla a su huésped de cualquier influencia
externa. La crisálida da pie al solipsismo. Un hikikomori reside en su interior cuyo universo empieza y acaba en
él. Cuando el aire se vuelve denso dentro de la crisálida, el ermitaño rompe
las paredes y sale a un mundo en el que no tiene cabida. Y, al poco, muere
entre las flores disimulado y difuminado.
Sin
embargo, está esa otra metamorfosis que tiene lugar en el río. La transformación
que no nos otorga belleza, sino que nos quita la poca que hubiéramos podido
poseer para darnos la fuerza necesaria para remontar. La moraleja del salmón es
que lo hermoso es contemplado, pero lo fuerte sobrevive. Cierto es que, una vez
arriba, en el nacimiento del río, hemos adquirido deformaciones y perspectiva. Cuesta
ver que el recorrido hace llevadera la fealdad que, como coraza, nos ayuda a
hacer frente a la nueva vida adulta. Pero una vez entendido esto, sentirse
invencible no parece algo tan lejano.
Koume
e Isobe dentro de la crisálida, deben hacer frente al río interno que los
arrastra. Un caudal de emociones contra el que no luchan en un principio. Hasta
que el aire de los ángulos muertos que forman sus cuerpos desnudos se vuelve denso e insoportable. Cuando se confunde
violencia y sexo, ellos rompen las paredes y el agua se desborda. Y el final
puede llegar a parecer complaciente. Porque nunca antes se había visto nada
hermoso e invencible. Hasta ahora. Leed a Asano. Este tipo sabe aparear
salmones y mariposas para manufacturar unicornios.
Nadie como tu podría haber descrito mejor el mundo de sensaciones que te rodean cuando lees La chica a la orilla del mar. Como bien dices, estamos ante un cuento amoral y desencantado que te engancha más y más, ansioso de conocer el fin de esta historia.
ResponderEliminarLo cierto es que tenía miedo de haber encontrado cosas que no estaban, cosas que sólo veía yo. Siempre es un poco vergonzoso, hallar por contraste todas esas intimidades de uno expuestas sin conciencia ni orden. Pero veo que tú también has llegado a conclusiones parecidas por lo que
EliminarA) Todo eso está dentro de La chica a la orilla del mar.
B) Tenemos traumas parecidos.
Un abrazo!