viernes, 6 de junio de 2014

IMM #12 - Mayo 2014


Ahora resulta que a comprar libros y mostrárselos al mundo no se le llama IMM, sino Book Haul. Ya me costó en su momento adoptar esta extravagancia nominal y ahora, que empiezo a sentirme cómodo con todo este microuniverso terminológico, me lo cambian. Mal. Los que crecimos en un aldea carecemos de la prestancia y adaptabilidad de las buenas gentes de la gran ciudad. Por eso nunca llegué a entender del todo el alarde de poder de aquellos que, armados con brackets y gafas de pasta, marcan las tendencias del mundo blogger. Bocachapa y vizcos los llamábamos en mi aldea. Menuda fama la del falso estrabismo... Y este intento de alemán para principiantes puede significar lo que quiera que signifique. Los libros siguen llegando a casa. Las estanterías se esfuerzan un poco más. Aún me queda algo de tiempo y algo de espacio para relativizar mi problema. Y miro de reojo, como haría cualquiera estrábico, y veo mi book haul de este mes y pienso que, si me viesen ahora, en mi aldea estarían orgullosos de mí.



1. El accidente del teletransporte – Ned Beauman

No recuerdo a quién le otorgué el galardón de la Portada del Año 2013 pero, sin duda, se me pasó por alto la nueva novela de Beauman. Dejando de lado el partidismo agudo que sufro, he de decir que este milagroso accidente ha llenado de buena tinta las reseñas al otro lado del charco. Lo cierto es que, a pesar de la juventud de su autor, la novela aúna historia y un sentido del humor envidiable. No puedo obviar esa incursión lenta e imparable que la ciencia ficción está haciendo dentro de la literatura en general, esa literatura que carece de etiquetas y que se extiende soberana sobre el resto de géneros. Este libro es un ejemplo de ello. Y mirad la portada. ¡Qué bonita, joder!


2. Nación – Terry Pratchett

Sueño con el día en el que mi solvente posición económica me permita retirarme al campo con una buena conexión a Internet, dos labradores y todos los libros de Mundodisco. Pero mientras llego a ese sueño dorado, me conformaré con los libros fuera de este universo que Pratchett nos va regalando cada cierto tiempo. Uno de los últimos, Nación. Una epopeya postapocalíptica con toques isleños. En el que los restos de dos culturas antagónicas se enfrentan a través de dos jóvenes destinados a reconstruir algo parecido a un hogar en el que ambos tengan cabida. Ah, también hay un loro. Y la crítica corrosiva y cachonda de ese maestro que es Pratchett.




3. Tenemos que hablar de Kevin – Lionel Shriver

Hace años de la publicación de la obra maestra de Shriver. Infinitas ediciones después y una adaptación cinematográfica, voy yo y caigo en sus redes. Será que algún tipo respetable la ha sacado del olvido y la ha vuelto a poner en el ojo del huracán. Estamos ante una de esas novelas imbatibles que ganan adeptos con el paso del tiempo. Y cuya incomodidad genera recuerdos mucho después de la lectura. Un retrato psicológico de uno de los traumas menos explotados, aquel en el que el bendito fruto del vientre materno resulta ser el espinazo del diablo.




4. Viaje al fin de la noche – Louis Ferdinand Céline

La última vez que una amiga se expuso ante la obra de Céline, acabó seca, rota y muda. Este tipo tiene sólo una bala en la recámara de su pistola, pero no necesita más. Apunta a uno e hiere a muchos. Esta edición de saldo, de una colección desmembrada, de una librería de segunda mano, no mitigará el miedo. Porque todo el que llega hasta el final del viaje, nunca vuelve con las palabras adecuadas para explicar los horrores del viaje. Caminan de vuelta con la mirada entrecerrada, aquella mirada que no necesita tanta luz para ver. Porque Céline oculta algo. Lo esconde bien. Pero ya me he dispuesto a aventurarme a su desolador descubrimiento.



5. Jonathan Lethem – Los Jardines de la disidencia

 Lethem es un tipo al que respeto. Es alguien que se ha ganado mi confianza. No sólo por ser dueño de un estilo fresco y certero. Sino por el hecho de aunar todas sus pasiones en las páginas que produce. Sus orígenes se encuentran en un suburbio de Brooklyn y la Gran Manzana no tiene secretos para él. En este caso, vuelve a su ciudad favorita para hablarnos de una saga de mujeres de izquierda que luchan para llevar a buen puerto su ideología y sus tribulaciones. Claro que, si conocemos las artimañas de Lethem, sabemos de antemano que esta no será una guerra limpia. Comunismo, estupor y risas para la esperada nueva novela de este señor. 


6. Submundo – Don DeLillo

Admito que Barcelona me está acostumbrando a pagar poco por los libros que adquiero, por lo que, a pesar de la ganas de la novela cumbre de DeLillo, no me atrevía a pagar tanto oro. Y Austral, zas, publica una edición de bolsillo mastodóntica y perfecta para llevármela a casa. No me lo pensé. Por DeLillo dejé de lado unos cuentos de Mishima de los que me costó despegarme. Así que más vale que este viaje transcontinental que emprenderé este verano, merezca mucho la pena.





7. Japan - Granta 127

La nota japonesa de este mes lo pone la revista Granta cuyo número de primavera se lo dedica a ese país que me produce fijación absoluta. En una edición cuidada al máximo, como viene siendo el distintivo de la marca, se reúnen 17 relatos de autores japoneses junto con invitados de lujos (David Mitchell, Tao Lin) que ubican sus historias dentro de un contexto japonés. Y es que encontrar nuevas voces que procedan de aquella isla lejana es una búsqueda difícil, por lo que tener este ejemplar de Granta es ahorrarse una gran parte del trabajo.






8. La joven ahogada – Caitlín R. Kiernan

Y sí, como bien sabréis, lo último es lo que atesoro con más ganas. Es el último invitado que se va de la fiesta. El que se queda a ayudarte. El que hace balance contigo y te pide quedarse a dormir en el sofá. Ese último elemento de la lista que te conoce tan bien como para saber que no tiene que pedir permiso. Es esta ocasión, el libro de Kiernan se merece toda mi atención, mis recursos, mi tiempo –de hecho, actualmente lo estoy leyendo- y mi sofá. Toda novela con un narrador comprometedor y en la que el acto de escribir exorciza demonios dentro y fuera de nuestra cabeza tiene en mí a un defensor radical. Porque la historia que te cuentas a ti mismo dista mucho de ser la historia que has vivido. Y justo por eso, uno puede salvarse. O eso dice Imp.

2 comentarios:

  1. Sólo conocía el de Lionel Shriver, los demás eran auténticos desconocidos hasta llegar a tu blog. Me apunto más de uno. Gracias, y saludos :)

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  2. Menudo librazo es "Tenemos que hablar de Kevin", en todos los sentidos. Por el momento, es lo mejor que he leído este año. Además es de esos libros que tras leerlos dejan huella.

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