miércoles, 2 de julio de 2014

IMM #13 – Junio 2014


Empiezo desde cero. O desde doce. O empiezo por la mitad. Los comienzos son atroces. Los puntos de partida nos destrozan en el sentido más homicida. Nada hay antes de que alguien comience a hacer algo. Parir bebés, sistemas y nuevas visiones es algo que te deja sin sangre. Lo que nunca se hizo no tiene referentes en nuestro cuerpo. Por eso tanteamos con los brazos extendidos hacia donde creemos que nos dirigimos. Y tartamudeamos. Y nos perdemos, claro. Qué ingenuos. Si todo saliera bien a la primera no habría tanto miedo. Alejarse por primera vez. Follar por primera vez. Incendiarse por primera vez. Luego perdemos la humildad, las membranas, los trenes de cercanías sin ningún tipo de alarma. Luego nos decimos que no fue para tanto. Pero en secreto nuestro cuerpo lo apunta todo. Como en primero de carrera. Nuestro cuerpo no quiere volver a pasar por algo parecido sin información. Sin saber qué pudo haber salido mal. Hace un año empecé estos IMM a pesar de que me parecían una tontería. Acumulación indeseable de libros bonitos. Todo pudo haber salido mal. Y yo, que ni celebro los aniversarios de mi blog, me veo aquí hablando con alegría de todas las palabras que he ido juntando. Mías y ajenas. Y, no sé, me hace gracia. Comenzar un año más. Mi cuerpo dice que está preparado. Mis ojos pueden soportar unas cuantas portadas más. Y mis dedos se han vuelto expertos en recorrer los lomos de los libros que siempre he necesitado aun sin saberlo. Ahí va. Empiezo desde cero, pero sin sangrar.


1. Forastero en tierra extraña – Robert A. Heinlein

Hay ciertos clásicos dentro de la ciencia ficción que uno cobija bajo dicha etiqueta porque no hay ningún otro género que pueda adoptarlos. Libros en los que la historia, lejos de surcar galaxias o buscar nuevos usos a los viajes en el tiempo, lo que hace es destripar lo humano desde la metafísica más arriesgada. Un libro de culto, amado y censurado, en el que Heinlein demuestra que puede crear obras en las que poner en tela de juicio aquello que decidimos dar por supuesto sin saber exactamente cuándo ni por qué comenzó. Una edición vieja y transportable para que me acompañe el tiempo necesario.



2. Lejos de Ghana – Taiye Selasi

La primera fue Zadie Smith. Ella es el origen. El punto de partida en esta nueva oleada de mujeres de origen africano decididas a reescribir una historia y a recalibrar una voz. Luego Helen Oyeyemi hizo un par de trucos de magia para que prestásemos atención. Chimamanda Ngozi Adichie dio la última patada al techo de cristal en el que se encontraban estas voces, estas mujeres. Y llegó la señora Selasi con el propósito de desvincular toda esta prosa de la etiqueta novela africana. Otorgándole la dimensión de literatura a todo aquello que hasta ahora subsistía en un nicho literario reduccionista. El cómo está dentro de esta novela. El por qué ya no hace falta explicarlo.



3. Cosas por las que llorar cien veces – Kou Nakamura

Carezco de cualquier tipo de criterio para filtrar la novela japonesa. Bien me vale un Sōseki que una novelita sentimental con la que acabar destrozado en secreto. Y es que como ya me pasó en su día con Un grito de amordesde el centro del mundo, estas novelas siempre me sumergen en un contexto japonés por el que ya merece la pena el viaje. La idiosincrasia nipona, así como cuencos y cuencos llenos de ramen me convencen para pegarme una vuelta por los derroteros emocionales de esta pareja que un día deja abierta la puerta de casa y la enfermedad se cuela sin haber avisado. Nada nuevo bajo el sol naciente. Y, sin embargo, aquí estoy, comprando.


4. La memoria del tiburón – Steven Hall

A veces me sumerjo en aguas profundas para encontrar cosas que no salen a flote por sí solas. Este libro ha pasado desapercibido por un tiempo. Y no entiendo por qué. Su estructura, su historia de reconstrucción y su mitología subacuática bien merece una segunda mirada. La atención que todos deberíamos depositar en la chica tímida del baile es una inversión maravillosa cuando encontramos a la persona más interesante en kilómetros a la redonda. Y justo este libro me lleva mirando un tiempo desde las baldas para que lo saque a bailar. A airearse. A mostrar sus plenas facultades para entender el error que hubiese sido no haberle dado nunca una oportunidad. Sí, hay una culpa reminescente por aquellos delitos que podríamos haber cometido por pura ignorancia. Y este libro acaba detectando a los ignorantes.

5. Los hermanos Burgess – Elizabeth Strout

En 2013, Strout volvió a las riendas de su particular tinta con una nueva novela. El público en español no tuvo que esperar mucho ya que El Aleph no tardó en traernos este retablo familiar cuya punto geográfico recae sobre la literaria Maine. La ganadora del Pulitzer vuelve a desplegar su costumbrismo humano y sosegado para calcar sobre el papel las relaciones quebradizas de unos hermanos que tienen que regresar al lugar al que juraron no volver. La revisión bifurcada del regreso del hijo pródigo cobra una nueva lectura de la mano de esta autora que sabe diseccionar la tragedia cotidiana de convivir con todo aquello que no pudimos llegar a ser. La alegría amarga de todo aquello en lo que nos convertimos sin permiso de nadie.

6. Amado mío – Pier Paolo Pasolini

El cineasta italiano nos dejó un legado literario que, si bien no tienen la repercusión de su filmografía, no le falta calidad para destacar dentro del género escrito. Lo último que nos llega del maestro Pasolini son dos novelas breves recogidas en el mismo volumen y que se articulan en torno al efebo adolescente y a la capacidad para desintegrarse ante la pasión consumada. La belleza desproporcionada y la violencia que regurgita el corazón del hombre se dan la mano en estas historias de carácter autobiográfico, ensalzando aún más el mito y  configurándolo como un humano explícito y demoledor.




7. Vestidos de noche – Yukio Mishima

Si algo debemos agradecerle a Alianza (y a Carlos Rubio) es su empeño por traernos poco a poco casi la totalidad de la obra de Mishima. En el último año hemos visto cómo llegaban a estas tierras esas obras satélite que matizan y posicionan de un modo certero las grandes historias y los temas más esenciales del japonés. Si el año pasado fue La escuela de la carne, este año le toca a este Vestidos de noche. La crítica al mundo las apariencias y a la alta sociedad nipona deja clara la disconformidad de Mishima y su capacidad para distinguir luciérnagas en un mundo lleno de insectos meramente reflectantes.




8. Una y otra vez – Kate Atkinson

Comenzar duele. No sólo lo digo yo más arriba. Lo dice Atkinson en una de las novelas más mediáticamente ruidosas el año pasado. Con el permiso de Kushner y Tartt. Lumen nos trae la promesa de un nuevo comienzo, de un montón de nuevos comienzos y la constatación de que la vida no sería la misma si el que elige no tuviera que hacer frente a las opciones. Una historia en la que el tiempo se duplica y todos los caminos posibles que se podrían recorrer tienen su oportunidad. La Teoría de Cuerdas encuentra en el periodo de entreguerras a su extraña pareja para elevar a Una y otra vez a la bendita posición de ser el Alfa de este IMM.

4 comentarios:

  1. Uf, qué alivio. Todos controlados, algunos en la estantería ya e incluso uno leído, justamente el más desconocido de todos: La memoria del tiburón de Steven Hall, un libro que me encantó la forma en que está trabado y escrito, original, diferente, muy sólido, sorprendente... y desapercibido, qué pena. Creo que lo voy a releer para poder contar con más detalle cuánto me gustó (lo leí el mismo año que se publicó, allá por 2008 o 2009).

    Gracias y un saludo

    ResponderEliminar
  2. Me anoto varios, entre ellos el nuevo de Mishima que para mi sera el primero que lea de él. El de Hall me llama también mucho.
    Gracias por los descubrimientos!

    ResponderEliminar
  3. "Una y otra vez" es un libro que quiero leer. No me acuerdo donde leí la reseña que hizo que lo apuntara, pero espero mucho de esa historia.

    ResponderEliminar
  4. … el de Heinlein cada vez me apetece más después de lo que aquí escribes. Hay algo en los libros de ciencia-ficción de culto que los hace especiales y este no lo conocía, así que me lo busco de segunda mano pero ya. Gracias por dirigirme aquí!

    ResponderEliminar