martes, 5 de noviembre de 2013

Los años de peregrinación del chico sin color


En este 2013 Haruki Murakami ha sorprendido a propios y extraños publicando una nueva novela de la que nadie sabía nada. De título largo e impronunciable, la obra rompió records de ventas antes incluso de salir al mercado. Un segundo record fue llevado a cabo por la editorial Tusquets al traducirlo a un idioma inteligible para occidente en seis meses. ¿Qué hay en estos años de peregrinación que han puesto a Murakami en boca de todos por enésima vez?

Borrón y cuentas pendientes

La visión que uno tiene de sí mismo difícilmente puede ensamblarse a la imagen que los demás tienen de ti. En esa falla perceptiva, uno construye puentes de entendimiento que intentan paliar la incomunicación resultante entre el ‘quién soy’ y el ‘quién crees que soy’. Claro que estos esfuerzos pueden llevarse a cabo si se es consciente de que existe dicha falla. Si, como en el caso del Tsukuru Tazaki, ignoras la situación, puedes verte desterrado del mundo conocido sin saber si quiera qué has hecho mal, qué acto delictivo tu mano ha firmado con tu nombre sin pedir permiso.


La consecuencia directa es la pérdida de aquello que nos mantenía unidos al suelo. Y es que el protagonista de Los años de peregrinación del chico sin color no sólo carece de un apellido cromático, también sufre la ausencia de una vida que ha decidido prescindir de él.

La muerte, la transformación y la identidad apostarán en su contra. Dándole a elegir entre opciones en las que jamás podrá salir bien parado. Y como un neo ronin, transitará sus días sin que ninguna otra persona decida quedarse, días en los que la soledad externa y superpoblada de Tokio mirará a los ojos a esa otra soledad, interna y deshabitada de un chico que carece de cualquier cosa que otro humano pueda necesitar.




Los años de aprendizaje del escritor distante

Mucho hemos andado desde aquel 1979 en el que Haruki Murakami publicó su primera novela Kaze no uta o kike -Oye al viento cantar-. En estos 34 años de distancia, Murakami ha aprendido más de un truco. Se ha sentido cómodo en ciertos estilos y ha perfeccionado el arte de comunicarlo todo sin decir a penas nada. En Los años de peregrinación… volveremos a encontrar llamadas de teléfono que no son contestadas, sueños que traspasan la frontera de lo ficticio y reversos oscuros en aquellos que creíamos conocer bien. Sin embargo, puedo asegurar que este Murakami es diferente en un sentido más elemental. Aquí hay algo que no me esperaba, agazapado, observándome y llamándome por mi nombre. Como si me viese a mí mismo dormir.

Es la primera vez que Murakami ubica una de sus novelas en el siglo XXI de un modo explícito –siempre consideré After Dark como un sueño prolongado-. Internet, móviles y Google acampan a sus anchas en estas páginas. Pero no estamos ante una mera licencia de ambientación. En esta novela es tan importante el pasado como objeto de deseo e incógnita a despejar, que el autor nos fuerza a ubicarnos a la mayor distancia posible. Atrás quedaron la estética ochentera del Hotel Delfín o las revueltas estudiantiles de finales de los 60. Tsukuru Tazaki vive en el más absoluto de los presentes y desde esta atalaya se lanza a desentrañar qué ocurrió en su pasado.

La atmósfera onírica sigue siendo el abrigo con el que los personajes descifran su identidad. Pero el tiempo antiguo no se rememora, se caza como una presa esquiva. Y en este simple cambio cualitativo de lo que tuvo lugar, se sostiene la transformación –no diré radical, pero sí muy perceptible- que nos ofrece la nueva novela de Murakami.




Ruidos sordos de un yo que ya no existe

Hubo una vez un tipo que se parecía a mí. Caminaba como yo. Respondía con mi nombre. Apartaba de su lado cualquier elemento potencialmente hiriente: humano, idea, objeto. Pero ya no existe. Se perdió para siempre y fui yo quien tuvo que ocupar su lugar. Y no soy tan soberbio e ingenuo como para no pensar que mi remplazo ya está preparado. Para descartar la posibilidad de que yo también voy a perderme tarde o temprano.

Son cuatro los Tsukuru que consigo distinguir en esta novela. Un cuarteto de sustitutos pacientes que se levantan por turnos y salen escena cuando la anterior versión ya no da más de sí. Los veo ante mis ojos. Al Tsukuru arropado por cuatro colores. Al Tsukuru que se refugia en la calidez de un gris. Al Tsukuru que deja abierta la puerta de atrás. Al Tsukuru que abraza la oscuridad que le impide ver, éste es mi favorito, éste es el único Tsukuru que siente, que se despoja de aquello que nunca más volverá a ser.

Murakami imparte una clase magistral sobre la consecución necesaria de aquellos que ya no podemos ser. Dije antes muerte, transformación e identidad. Y ahora reitero en esta triada indisoluble tras la que se sostiene el yo que llevas puesto. Y si por casualidad la cadena se rompe, si por casualidad la versión mejorada de ti no llega, tendrás que leer en este libro absolutamente certero sobre cómo volver a ser tú mismo cuando ya no queda rastro del que una vez fuiste. Ser, estar, parecer y perecer. Y finalmente, sin saber por cuánto, otra vez tú.

Haruki Murakami (Kioto, 1949)
Supongo que pronto regresarás a tu vida de universitario en Tokio. Te reintegrarás a la vida real. Aprovéchala al máximo. Por muy superficial y monótona que sea la vida que te espera, merece la pena vivirla. Te lo aseguro. Olvídate de mis ironías y mis paradojas. Simplemente, a mí, eso que merece tanto la pena me resultó una carga. No fui capaz de soltarla. Quizá no nací para ello. Por eso espero en silencio a que llegue la hora, refugiado en un lugar tranquilo y oscuro, igual que un gato moribundo. Con todo, no me quejo. Pero tú, no. Tú debes sobrellevarla. Utiliza el hilo de la lógica para coser a tu cuerpo, lo mejor que puedas, aquello que merece la pena vivir.  

11 comentarios:

  1. ya lo tengo, empezaré a leérmelo en breve.

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    1. Disfrútalo despacio. No corras prisa. Lo mejor es dejar que te embargue al máximo la historia y todo eso que no se está contando.

      Gracias por pasarte!

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  2. Neo ronin... jamás se me hubiera ocurrido. Reseña magistral de una novela que se te clava como un cuchillo. Yo la tuve que terminar en dos días porque me podían la prisa y la necesidad, pero su relectura está más que asegurada. Mientras, iré buscando un color que me siente bien. Me iré poniendo diversos trajes de mí mismo. Un abrazo.

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    1. Yo he masticado poco a poco cada detalle que Murakami me daba. No podía ir deprisa, el agua que corría en este pozo me impedía avanzar más rápido. Sin embargo, me apunto a esa relectura, porque incluso después de leer detenidamente, estoy seguro de que se me han escapado ciertas cosas.

      Ya me dirás qué color te sienta mejor!

      Gracias por pasarte Jesús!

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  3. Escribes y te expresas genial. Tengo unas ganas inmensas de leer algo más de Murakami y esta novela está cosechando tan buenas críticas que creo que no voy a poder evitar comprarlo. Sólo he leído Tokio Blues (lo sé, es lo más típico) pero me gustó muchísimo y no sé por qué otra novela continuar, ¿tú cuál elegirías?

    Un abrazo :)

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    1. Si tienes mucha energía, me pondría con uno de sus mastodontes como "Crónica del Pájaro que da cuerda al mundo".

      Si quieres seguir en las distancias cortas de "Tokio Blues", "Sputnik, mi amor" o "Los años de peregrinación" son opciones acertadísimas!

      Elena, y si eres de las valientes, de las que andan a oscuras por la casa sin tener la respiración entrecortada, mi opción para ti es "El fin del mundo y un despiadado país de maravillas".

      Ya me dirás qué elegiste finalmente!

      Gracias por pasarte!

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    2. Muchísimas gracias por las recomendaciones. Las tengo ya apuntadas para mi próxima visita a una librería :D A ver por cuál/cuáles me decanto!

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  4. Qué gran reseña Sergio! Me pasa siempre lo mismo, después de leer tus reseñas sobre libros que he leído, haces que me replantee la puntuación que le di en goodreads.
    Pero no. no, esta vez me mantengo firme, aunque debo decir e insistir de nuevo que tres estrellas es muy buena nota.
    He disfrutado mucho con esta novela, el trayecto ha sido hermoso y me he sentido identificado tantas veces y con distintos personajes, que a veces pensaba que tal vez yo sólo era un tipo de lo más corriente, que estas cosas se le pasan a todos por la cabeza.
    La sensación final ha sido probablemente la que buscaba Murakami, incertidumbre.
    Sí, nos mete bien embutidos en la piel de Tsukuru, en los cuatro que mencionas (has dado en el clavo).

    Un abrazo

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    1. Hola Jordi!

      Sí, siempre tenemos mini dilemas con el asunto de las estrellas. Pero en el fondo es un conflicto sin trascendencia. Lo que importa es lo que Murakami deja tras su novela. El poso de la lectura. Y he sufrido, como bien dices, un fuerte proceso de identificación con los conceptos de "humano vacío" o "humano en color". Lo ha conseguido sin duda. Se ha vuelto más certero y aunque la incertidumbre sigue vigente, creo que estamos ante un Murakami que no tiene miedo de mirar de frente.

      Y eso me ha gustado mucho.

      Como siempre, gracias por pasarte!!

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  5. Hola Sergio,

    He leído con atención con tu reseña, te comenté que soy menos murakamiano que vosotros. Acabo de terminar !Q84, me ha gustado mucho, volumen III incluido y mi primer instinto fue lanzarme a leer este título. Tengo lagunas, no sé por qué se me ocurrió pensar que antes de embarcarme en este libro, delque todos destacáis los cambios, sería bueno leer antes Sputnik, Sweetheart. Supongo que también sería bueno leer After Dark, más que nada por situarme. Solo he leído Hear the wind sing, Crónica del pájaro, Al sur de la frontera, al oeste del sol y 1Q84. El caso es que mi instinto me dice que puede que esta sea una de las que más me gusten de todas. Un abrazo.

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    1. Hola José, lo cierto es que has leído bastante Murakami por lo que no vas a pederte los cambios que, creo, aparecen en esta novela. Sin duda, deberías unirte a la euforia colectiva y leer éste si te cruzas con él. No vas a arrepentirte. Siempre puedes volver más adelante a lo anterior. El mundo no toca a su fin ni estamos en ese país de maravillas donde uno sólo puede leer cráneos de unicornios.

      Gracias por pasarte!!

      Ya me dirás!!

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