Febrero siempre me ha parecido demasiado extenso.
Empieza muy atrás y acaba en algún punto del futuro distante en el que las
distopías acampan a sus anchas. Sé que mi percepción del tiempo tiene que ver
con la sensación térmica que me provoca el frío. Relojes, termómetros, tazas
calientes, mantas ardiendo. La lista de víveres que uno necesita si queda
encerrado en una de estas nevadas es breve. Porque si algo me fascina del
invierno es la necesidad de encontrar una fuente de calor, la que sea, que
permita a los cuerpos sobrevivir, hacer llevadera la llegada de marzo. Febrero
cree que sabe cómo encerrarnos. Cree conocerme. Sí, febrero es extenso y
resabido, diletante y dilatado. Todos estos libros son mi pequeña venganza
personal. La ofensa explicativa entre hibernación y liberación.
1. Sukkwan Island – David Vann
Si
crees que el invierno es duro, prueba a vivirlo en Alaska. Padre e hijo
encerrados en un paisaje inhóspito, metáfora clave de la relación que ambos
entablan. El planteamiento me recordó un poco a La Carretera y, claro, con ese
referente en la cabeza no pude dejarlo escapar. Lo cierto es que la novela
tiene ya un tiempo, pero es ahora cuando ha llegado a mí con los dientes largos
y las manos frías. Lectura breve para alguna noche de invierno extensa, de esas
que te regala marzo, de esas que niegan la llegada de la primavera.
2. El hombre aparece en el holoceno - Max Frisch
Un
mes en el que no aparece algo de Alpha Decay en mi biblioteca es un mes en el
que me siento con una costilla menos. Puedo sobrevivir, claro. Pero cada
movimiento es un dolor punzante. De todo lo que han publicado en lo que
llevamos de año la novela (?) llena de recortes de Frisch es lo que más ha
llamado mi atención –aún no tengo clara mi relación con Taipei-. Puede que esta
obra breve acabe cambiando mi punto de vista en cuanto a la narrativa, como
suele pasarme con los libros de la editorial más canalla del mercado.
3. Las enseñanzas de
Don B. – Donald Barthelme
Ay,
las pequeñas editoriales independientes, esos radicales libres del gran
organismo casi vivo que es la literatura. Gracias a grandes esfuerzos aislados
por parte de pequeñas entidades, conseguimos que lleguen joyas como esta
colección de relatos que mi amigo Aramys puso por las nubes en su blog.
Automática se curra una edición y traducción francamente buenas. Todo
está puesto en la mesa. Todo apunta a que la velada merecerá la pena. Porque
este Barthelme lleva el hijputismo a unos niveles de elegancia nunca antes
sospechados. Atentos, que estos cuentos caerán en mi red de lectura antes de lo
esperado.
4. Muchacho de oro, muchacha esmeralda - Yiyun Li
Y
otra colección de relatos cazada al vuelo. Esta segunda selección de Li, nos
muestra las vicisitudes de la China actual. Aderezado por el lado femenino y
humano, el lado amable de la tragedia. Historias donde el ayer y el hoy se
confunden como si respondieran ante el mismo ideograma, la misma idea de un
tiempo que es constante y perecedero. Ganas infinitas para prepararme para la
que será su segunda novela Kinder than solitude.
5. El libro de mis vidas – Aleksandar Hemon
Sin
duda, una sorpresa inesperada en el último momento. El libro de tintes
autobiográficos que se ha sacado Hemon de la manga no para de cosechar buenos
comentarios desde que se publicara el año pasado. Hemon, de origen yugoslavo, narra las desventuras de su vida en los Estados Unidos sin olvidar sus
orígenes. Proveniente de un país que ya no existe y con una identidad
reinventada, usa el humor para satisfacer las carencias y accede a una nueva
dimensión del mundo y de sí mismo a través del relato que nos narra. Todo
apunta a que las referencias a Nabokov son más que pertinentes.
6. El asesino ciego – Margaret Atwood
Hablemos
de Atwood, porque nunca estamos hablando lo suficiente de ella. Se la tacha de
feminista. Un día me desperté y ‘feminista’
se había convertido en un insulto dice una Zadie Smith tan estupefacta como
yo. Y puede que la historia de Atwood sea la historia de una incomprensión. Lo
cierto es que sus protagonistas suelen ser mujeres que, bajo el yugo de una
sociedad patriarcal, tienen que hacer de las suyas para encontrar su camino.
Desde que leí El cuento de la criada lo quiero todo de ella. Fue uno de mis
Cinco Estrellas del año pasado. Y esos formatos XXL que se gastaba
Ediciones B hace años son maravillosos, por eso, no es el único cazado este mes…
7. Oryx y Crake – Margaret Atwood
Sí,
sin duda, nunca habrá suficiente de Atwood. Y más teniendo en cuenta que esta
trilogía distópica se cerró el año pasado con su tercera y última parte. Esta canadiense sabe cómo narrar una
historia llena de símbolos y significados, llevando su historia a buen puerto,
aunque después te deje por un tiempo naufragado en aguas turbulentas. Porque ¿cómo reaccionarías ante un apocalipsis que se manifiesta de forma intimista, sin hacer ruido, sin ninguna trompeta y poco ángel caído? Os dejo una bonita reseña que se gestó en el blog de mi amiga Tanit.
8. Alif el Invisible – G. Willow Wilson
Otra
historia de ciencia ficción. Esta vez con tintes arábicos. Hackers y Djinns se
dan la mano para presentarnos una historia llena de recursos mitológicos,
búsquedas de libros prohibidos y realidades fantásticas donde lo posible y lo
inimaginable se designan con la misma palabra. Una de las novedades de Fanctasy
del año pasado y una edición que podría dejar con la boca abierta a cualquiera.
Ya sólo me quedan dos deseos…
9. La velocidad de la oscuridad – Elizabeth
Moon
El
hombre autista, las posibilidades de la enfermedad y el diálogo con un yo que
no puede comunicarse dentro de los estándares convenidos. Ciencia ficción como
telón de fondo con el fin de explicar hacia dónde nos lleva la distancia cuando
lo que nos aleja de otro humano es algo de lo que no podemos separarnos.
Ganadora del Nébula en 2003, la novela de Moon sigue la estela de historias
como Flores para Algernon donde los extraterrestres quedan a un lado para
explicar que no hay raza tan compleja e incomprensible como la humana.
10. Nunca me abandones – Kazuo Ishiguro
Sin duda, ha pasado un tiempo desde la publicación
de la novela alfa de Ishiguro. Un poco menos desde su adaptación
cinematográfica. Y la historia de los clones de reemplazo sigue ganando adeptos.
Fuera y dentro del género se alzan comentarios positivo en torno a la novela.
Y, por qué no decirlo, alguna que otra crítica sobre lo estático de la
narración. Un día me levanté y no podía quitarme la novela de la cabeza. Al
poco, la encontré ahí, esperando, capaz de cumplir las expectativas de alguien
tan cambiante como yo.
11. Sado – William Plomer
Si Ishiguro es un autor japonés que ubica sus
novelas en Inglaterra, nos encontramos ahora con su reverso. Y es que Plomer es
un inglés cuya novela Sado está ambientada en un Japón previo a la II Guerra
Mundial. Una historia de amores mestizos y desenlances tortuosos. La editorial
malagueña Zut, cuyo formato es fácil de reconocer, nos trae una extraña y
bonita edición para acercarnos a un autor del que teníamos pocas noticias hasta
ahora. Bienvenido, Plomer.
12. Suicidios famosos del Imperio japonés –
David Mura
Y
sigo con esta extraña trayectoria de japoneses deslocalizados. En este caso,
estamos ante un escritor estadounidense de origen nipón que busca resolver
problemas en torno a su identidad a la vez que indaga en el pasado de su padre
fallecido. Desde Otsuka, no encontraba a otro autor japoamericano. Y las
expectativas son bastante altas, ya que la novela se va mezclando con una breve
historia del suicidio honorífico y sus connotaciones sociales. ¡Fan!
13. El gran espejo del amor entre hombres –
Ihara Saikaku
El año pasado Saikaku llegó a nuestro país de la
mano de Sexto Piso y Satori. Frente a la propuesta de Sexto Piso, Vida de una
mujer amorosa, me convenció más las múltiples historias de amor homosexual
entre samuráis que nos propone El gran espejo del amor entre hombres. Sin duda, este
autor del siglo XVII nos sumerge en un mundo poco explotado y que trastocará
para siempre mi visión de las pelis de Kurosawa. La traducción e introducción
corren a cargos de Carlos Rubio, un tipo que sabe lo que se hace. Atención a la
edición que, como va siendo habitual en Satori, bien merece cada euro gastado.
14. Stuff I’ve been Reading – Nick Hornby
No
existe nada que me guste más que los libros que hablan de otros libros. Saber
lo que los otros leen, fisgonear un poco en qué les dejó sin aire, qué vergüenza utilitarista ha
colapsado lecturas y encuentros. Y cuando en el mundo blogger no es suficiente,
me alimento de libros como este. Una recopilación de las columnas que Hornby
escribió para Believer. Enumeraciones de libros comprados y libros leídos, con
ese toque del autor inglés en el que la risa es indispensable incluso para
hacer una crítica decontructivista.
15. What makes this book so great – Jo
Walton
Y
más libros de libros. En este caso relecturas de los clásicos de ciencia
ficción que todo el mundo debería leer (o releer). Si después de terminar Entre
Extraños te quedaste con ganas de saber por qué Mori elige para sus lecturas
esos libros y no otros, este anexo maravilloso es lo que necesitas. Publicado
originalmente en Tor, la edición mastodóntica (recopila 130 artículos) habla de todo lo que merece la pena en cuanto al género. Un básico para los amantes de la época dorada de la SciFi.
16. S. – Doug Dorst y J. J. Abrams
Aquí lo tenéis. Al Alfa de mi IMM. Redoble de
tambores porque estamos ante algo grande. Imaginad que mezcláis la
metalingüística de Casa de Hojas y le sumáis la paranoia especulativa de Lost.
Imaginad un libro lleno de referencias hipertexuales que los propios autores
han metido dentro de tu edición. Capas y capas de lecturas, tinta y juegos
referenciales capaces de hacer pensar al mismísimo Charlie Kaufman. Una joya
que deja claro el potencial del libro para volver real lo que la pantalla aún
no puede ni soñar. Gigante. Absoluto. Es hora de que algo me lleve al colapso del placer
lector del que tanto se ha hablado, pero del que existe poca información
verídica. Ya os lo digo yo. Es posible que muera de amor y encuentren mi
cadáver sonriente junto con mi ejemplar de S.
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Me encantan tus IMMes. Me consuela que haya alguien con muchos más libros en su casa pendientes de leer que yo. Y lo bueno es que la montaña no para de crecer.
ResponderEliminarA mí también me llama la atención el de Hornby. Espero que algún día nos cuentes qué recomendaciones hace.
Hola Gon!
EliminarVaya, veo que mi esquizofrenia librera al menos le sirve a alguien para quedarse más tranquilo!
No tengo solución!
Lo cierto es que lo Hornby es un compendio de IMM a cuál más interesante, pero confieso que, tras ojearlo, mucho de los títulos no me suenan de nada. Habrá que investigar.
Un saludo Gon!
Querido Sergio, cada vez me lo pones más difícil a la hora de condensar la oleada de pensamientos que me vienen cuando veo un IMM tuyo. La envidia me corroe, no lo puedo evitar (ni tampoco negar), es una verdad tan evidente como que febrero es el mes más largo del año para los que padecemos fobia a las heladas matutinas. Suerte que tenemos esos libros que nos alumbran. Vann, Frisch, Hemon, Atwood, Ishiguro, Hornby y la grandísima (sin acritud) Jo Walton... acabaría antes diciendo que los quiero todos y nos ahorraría el sufrimiento a ambos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Jesús, hay sentimientos que uno debería desechar ya que no aportan versatilidad a las relaciones que establecemos con los demás. Y ni el libro número 1000 añadido a mi lista imposible de lecturas pendientes, me hará dejar de admirar la velocidad lectora y la capacidad adquisitiva que usted y su muy respetable señora Lilith son capaces de alcanzar.
EliminarAsí que entienda esta manada de libros como un homenaje a todas esas cosas que día a día voy aprendiendo en su blog.
Atentamente y siempre suyo:
Sergio.
Bueno, ¡por fin! A ver qué tenemos por aquí. La verdad es que coincidimos en varios títulos. Tengo What makes this book so great, Stuff I've been reading y he leído Sukkwan island que me gustó bastante aunque no tanto como a los compañeros, mucho del final me sobra, he leído El padre muerto, de Barthelme, que me parece una auténtica joya, tengo Las enseñanzas pendiente, lo leeré pronto. En cuanto a Max Frisch, como te dije, leí Homo Faber y me gustó mucho la historia aunque me faltó texto, más bien necesité más texto pero el libro es bastante interesante, me apunto el que propones. Los libros de Atwood, he leído relatos de ella en revistas literarias que me han llenado más que libros de intriga de más de 500 páginas, con eso te lo digo todo. Nunca me abandones... pues vi la adaptación al cine y me gustó pero creo que lo leeré, The remaisn of the day-book- me gustó más que The remaisn of the day-movie- por mucho Hopkins y Thompson que salgan y por brillantes que estén, siempre. Mencionas Taipei, este año estoy decidido a hacer las paces con el señor Lin. Lo demás me lo llevo todo bien apuntado. Un abrazo y disfruta de tanta buena lectura.
ResponderEliminarBueno, lo cierto es que hay demasiado aquí y todo es disperso, de su madre y de su padre. Los dos libros de reseñas (?) me llaman tanto la atención que no pude dejar estos dos en la estacada. Concretamente el de Walton es una joyita. No sé si llegaste a leer la opinión de Aramys sobre Barthelme, pero no tiene desperdicio. El libro contiene muchísimos cuentos a pesar de no ser muy extenso, por lo que las píldoras de locura me vendrán bien.
EliminarY de Frisch no sabía nada hasta que tú me preguntaste. Ya investigaré ese Homo Faber. Si Holoceno me deja buen sabor de boca.
A mí Atwood me gusta mucho. Lo cierto es que no he probado sus cuentos, pero sus novelas tienen chispa. Me convencen. Ya te diré qué tal estas que traigo hoy.
¿Sí? Es el momento de hacer la paces con Lin??
Ay, ok ok…
Gracias por pasarte José!
He hecho caso a Yossi y me he venido con bolígrafo y papel y me llevo unas cuantas recomendaciones. La buena noticia es que Atwood tiene casi una baldosa de la estantería sólo para ella :) Y el de David Vann también está por ahí (no sé porqué, me gusta saber que tengo libros pendientes ahí delante de mi)
ResponderEliminarLeí hace tiempo La velocidad de la oscuridad de Elizabeth Moon, nada más terminarlo supe que tenía que releerlo.
Me llevo unos cuantos apuntados. Gracias Sergio.
Saludos!
Hola Ana! Sí, Atwood es merecedora de balda propia. Sus historias y su modo de narrar me tienen más que conquistado. A ver si cae alguno de estos pronto, pues a ambos les tenía ganas.
Eliminar¿Leiste el libro de Moon? ¿Lo llegaste a reseñar? Es uno de los que más me llaman desde la pila, sin duda, la historia es la típica de las que me destrozan. Ya veremos.
Y en cuanto a Vann, opiniones polarizadas! Lo leeré, sí. Ya veré qué tal.
Un abrazo!
Gracias por pasarte!