viernes, 28 de febrero de 2014

IMM #9 – Febrero 2014

Febrero siempre me ha parecido demasiado extenso. Empieza muy atrás y acaba en algún punto del futuro distante en el que las distopías acampan a sus anchas. Sé que mi percepción del tiempo tiene que ver con la sensación térmica que me provoca el frío. Relojes, termómetros, tazas calientes, mantas ardiendo. La lista de víveres que uno necesita si queda encerrado en una de estas nevadas es breve. Porque si algo me fascina del invierno es la necesidad de encontrar una fuente de calor, la que sea, que permita a los cuerpos sobrevivir, hacer llevadera la llegada de marzo. Febrero cree que sabe cómo encerrarnos. Cree conocerme. Sí, febrero es extenso y resabido, diletante y dilatado. Todos estos libros son mi pequeña venganza personal. La ofensa explicativa entre hibernación y liberación. 



1. Sukkwan Island – David Vann

Si crees que el invierno es duro, prueba a vivirlo en Alaska. Padre e hijo encerrados en un paisaje inhóspito, metáfora clave de la relación que ambos entablan. El planteamiento me recordó un poco a La Carretera y, claro, con ese referente en la cabeza no pude dejarlo escapar. Lo cierto es que la novela tiene ya un tiempo, pero es ahora cuando ha llegado a mí con los dientes largos y las manos frías. Lectura breve para alguna noche de invierno extensa, de esas que te regala marzo, de esas que niegan la llegada de la primavera.




2. El hombre aparece en el holoceno -  Max Frisch

Un mes en el que no aparece algo de Alpha Decay en mi biblioteca es un mes en el que me siento con una costilla menos. Puedo sobrevivir, claro. Pero cada movimiento es un dolor punzante. De todo lo que han publicado en lo que llevamos de año la novela (?) llena de recortes de Frisch es lo que más ha llamado mi atención –aún no tengo clara mi relación con Taipei-. Puede que esta obra breve acabe cambiando mi punto de vista en cuanto a la narrativa, como suele pasarme con los libros de la editorial más canalla del mercado.



3. Las enseñanzas de Don B. – Donald Barthelme

Ay, las pequeñas editoriales independientes, esos radicales libres del gran organismo casi vivo que es la literatura. Gracias a grandes esfuerzos aislados por parte de pequeñas entidades, conseguimos que lleguen joyas como esta colección de relatos que mi amigo Aramys puso por las nubes en su blog. Automática se curra una edición y traducción francamente buenas. Todo está puesto en la mesa. Todo apunta a que la velada merecerá la pena. Porque este Barthelme lleva el hijputismo a unos niveles de elegancia nunca antes sospechados. Atentos, que estos cuentos caerán en mi red de lectura antes de lo esperado.


4. Muchacho de oro, muchacha esmeralda - Yiyun Li

Y otra colección de relatos cazada al vuelo. Esta segunda selección de Li, nos muestra las vicisitudes de la China actual. Aderezado por el lado femenino y humano, el lado amable de la tragedia. Historias donde el ayer y el hoy se confunden como si respondieran ante el mismo ideograma, la misma idea de un tiempo que es constante y perecedero. Ganas infinitas para prepararme para la que será su segunda novela Kinder than solitude.





5. El libro de mis vidas – Aleksandar Hemon

Sin duda, una sorpresa inesperada en el último momento. El libro de tintes autobiográficos que se ha sacado Hemon de la manga no para de cosechar buenos comentarios desde que se publicara el año pasado. Hemon, de origen yugoslavo, narra las desventuras de su vida en los Estados Unidos sin olvidar sus orígenes. Proveniente de un país que ya no existe y con una identidad reinventada, usa el humor para satisfacer las carencias y accede a una nueva dimensión del mundo y de sí mismo a través del relato que nos narra. Todo apunta a que las referencias a Nabokov son más que pertinentes.



6. El asesino ciego – Margaret Atwood

Hablemos de Atwood, porque nunca estamos hablando lo suficiente de ella. Se la tacha de feminista. Un día me desperté y ‘feminista’ se había convertido en un insulto dice una Zadie Smith tan estupefacta como yo. Y puede que la historia de Atwood sea la historia de una incomprensión. Lo cierto es que sus protagonistas suelen ser mujeres que, bajo el yugo de una sociedad patriarcal, tienen que hacer de las suyas para encontrar su camino. Desde que leí El cuento de la criada lo quiero todo de ella. Fue uno de mis Cinco Estrellas del año pasado. Y esos formatos XXL que se gastaba Ediciones B hace años son maravillosos, por eso, no es el único cazado este mes…


7. Oryx y Crake – Margaret Atwood

Sí, sin duda, nunca habrá suficiente de Atwood. Y más teniendo en cuenta que esta trilogía distópica se cerró el año pasado con su tercera y última parte. Esta canadiense sabe cómo narrar una historia llena de símbolos y significados, llevando su historia a buen puerto, aunque después te deje por un tiempo naufragado en aguas turbulentas. Porque ¿cómo reaccionarías ante un apocalipsis que se manifiesta de forma intimista, sin hacer ruido, sin ninguna trompeta y poco ángel caído? Os dejo una bonita reseña que se gestó en el blog de mi amiga Tanit.


8. Alif el Invisible – G. Willow Wilson

Otra historia de ciencia ficción. Esta vez con tintes arábicos. Hackers y Djinns se dan la mano para presentarnos una historia llena de recursos mitológicos, búsquedas de libros prohibidos y realidades fantásticas donde lo posible y lo inimaginable se designan con la misma palabra. Una de las novedades de Fanctasy del año pasado y una edición que podría dejar con la boca abierta a cualquiera. Ya sólo me quedan dos deseos…







9. La velocidad de la oscuridad – Elizabeth Moon

El hombre autista, las posibilidades de la enfermedad y el diálogo con un yo que no puede comunicarse dentro de los estándares convenidos. Ciencia ficción como telón de fondo con el fin de explicar hacia dónde nos lleva la distancia cuando lo que nos aleja de otro humano es algo de lo que no podemos separarnos. Ganadora del Nébula en 2003, la novela de Moon sigue la estela de historias como Flores para Algernon donde los extraterrestres quedan a un lado para explicar que no hay raza tan compleja e incomprensible como la humana.




10. Nunca me abandones – Kazuo Ishiguro

Sin duda, ha pasado un tiempo desde la publicación de la novela alfa de Ishiguro. Un poco menos desde su adaptación cinematográfica. Y la historia de los clones de reemplazo sigue ganando adeptos. Fuera y dentro del género se alzan comentarios positivo en torno a la novela. Y, por qué no decirlo, alguna que otra crítica sobre lo estático de la narración. Un día me levanté y no podía quitarme la novela de la cabeza. Al poco, la encontré ahí, esperando, capaz de cumplir las expectativas de alguien tan cambiante como yo. 



11. Sado – William Plomer

Si Ishiguro es un autor japonés que ubica sus novelas en Inglaterra, nos encontramos ahora con su reverso. Y es que Plomer es un inglés cuya novela Sado está ambientada en un Japón previo a la II Guerra Mundial. Una historia de amores mestizos y desenlances tortuosos. La editorial malagueña Zut, cuyo formato es fácil de reconocer, nos trae una extraña y bonita edición para acercarnos a un autor del que teníamos pocas noticias hasta ahora. Bienvenido, Plomer.




12. Suicidios famosos del Imperio japonés – David Mura

Y sigo con esta extraña trayectoria de japoneses deslocalizados. En este caso, estamos ante un escritor estadounidense de origen nipón que busca resolver problemas en torno a su identidad a la vez que indaga en el pasado de su padre fallecido. Desde Otsuka, no encontraba a otro autor japoamericano. Y las expectativas son bastante altas, ya que la novela se va mezclando con una breve historia del suicidio honorífico y sus connotaciones sociales. ¡Fan!




13. El gran espejo del amor entre hombres – Ihara Saikaku

El año pasado Saikaku llegó a nuestro país de la mano de Sexto Piso y Satori. Frente a la propuesta de Sexto Piso, Vida de una mujer amorosa, me convenció más las múltiples historias de amor homosexual entre samuráis que nos propone El gran espejo del amor entre hombres. Sin duda, este autor del siglo XVII nos sumerge en un mundo poco explotado y que trastocará para siempre mi visión de las pelis de Kurosawa. La traducción e introducción corren a cargos de Carlos Rubio, un tipo que sabe lo que se hace. Atención a la edición que, como va siendo habitual en Satori, bien merece cada euro gastado.

14. Stuff I’ve been Reading – Nick Hornby

No existe nada que me guste más que los libros que hablan de otros libros. Saber lo que los otros leen, fisgonear un poco en qué les dejó sin aire, qué vergüenza utilitarista ha colapsado lecturas y encuentros. Y cuando en el mundo blogger no es suficiente, me alimento de libros como este. Una recopilación de las columnas que Hornby escribió para Believer. Enumeraciones de libros comprados y libros leídos, con ese toque del autor inglés en el que la risa es indispensable incluso para hacer una crítica decontructivista.



15. What makes this book so great – Jo Walton

Y más libros de libros. En este caso relecturas de los clásicos de ciencia ficción que todo el mundo debería leer (o releer). Si después de terminar Entre Extraños te quedaste con ganas de saber por qué Mori elige para sus lecturas esos libros y no otros, este anexo maravilloso es lo que necesitas. Publicado originalmente en Tor, la edición mastodóntica (recopila 130 artículos) habla de todo lo que merece la pena en cuanto al género. Un básico para los amantes de la época dorada de la SciFi. 




16. S. – Doug Dorst y J. J. Abrams

Aquí lo tenéis. Al Alfa de mi IMM. Redoble de tambores porque estamos ante algo grande. Imaginad que mezcláis la metalingüística de Casa de Hojas y le sumáis la paranoia especulativa de Lost. Imaginad un libro lleno de referencias hipertexuales que los propios autores han metido dentro de tu edición. Capas y capas de lecturas, tinta y juegos referenciales capaces de hacer pensar al mismísimo Charlie Kaufman. Una joya que deja claro el potencial del libro para volver real lo que la pantalla aún no puede ni soñar. Gigante. Absoluto.  Es hora de que algo me lleve al colapso del placer lector del que tanto se ha hablado, pero del que existe poca información verídica. Ya os lo digo yo. Es posible que muera de amor y encuentren mi cadáver sonriente junto con mi ejemplar de S.


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8 comentarios:

  1. Me encantan tus IMMes. Me consuela que haya alguien con muchos más libros en su casa pendientes de leer que yo. Y lo bueno es que la montaña no para de crecer.

    A mí también me llama la atención el de Hornby. Espero que algún día nos cuentes qué recomendaciones hace.

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    1. Hola Gon!

      Vaya, veo que mi esquizofrenia librera al menos le sirve a alguien para quedarse más tranquilo!
      No tengo solución!

      Lo cierto es que lo Hornby es un compendio de IMM a cuál más interesante, pero confieso que, tras ojearlo, mucho de los títulos no me suenan de nada. Habrá que investigar.

      Un saludo Gon!

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  2. Querido Sergio, cada vez me lo pones más difícil a la hora de condensar la oleada de pensamientos que me vienen cuando veo un IMM tuyo. La envidia me corroe, no lo puedo evitar (ni tampoco negar), es una verdad tan evidente como que febrero es el mes más largo del año para los que padecemos fobia a las heladas matutinas. Suerte que tenemos esos libros que nos alumbran. Vann, Frisch, Hemon, Atwood, Ishiguro, Hornby y la grandísima (sin acritud) Jo Walton... acabaría antes diciendo que los quiero todos y nos ahorraría el sufrimiento a ambos.

    Un abrazo.

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    1. Querido Jesús, hay sentimientos que uno debería desechar ya que no aportan versatilidad a las relaciones que establecemos con los demás. Y ni el libro número 1000 añadido a mi lista imposible de lecturas pendientes, me hará dejar de admirar la velocidad lectora y la capacidad adquisitiva que usted y su muy respetable señora Lilith son capaces de alcanzar.

      Así que entienda esta manada de libros como un homenaje a todas esas cosas que día a día voy aprendiendo en su blog.

      Atentamente y siempre suyo:

      Sergio.

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  3. Bueno, ¡por fin! A ver qué tenemos por aquí. La verdad es que coincidimos en varios títulos. Tengo What makes this book so great, Stuff I've been reading y he leído Sukkwan island que me gustó bastante aunque no tanto como a los compañeros, mucho del final me sobra, he leído El padre muerto, de Barthelme, que me parece una auténtica joya, tengo Las enseñanzas pendiente, lo leeré pronto. En cuanto a Max Frisch, como te dije, leí Homo Faber y me gustó mucho la historia aunque me faltó texto, más bien necesité más texto pero el libro es bastante interesante, me apunto el que propones. Los libros de Atwood, he leído relatos de ella en revistas literarias que me han llenado más que libros de intriga de más de 500 páginas, con eso te lo digo todo. Nunca me abandones... pues vi la adaptación al cine y me gustó pero creo que lo leeré, The remaisn of the day-book- me gustó más que The remaisn of the day-movie- por mucho Hopkins y Thompson que salgan y por brillantes que estén, siempre. Mencionas Taipei, este año estoy decidido a hacer las paces con el señor Lin. Lo demás me lo llevo todo bien apuntado. Un abrazo y disfruta de tanta buena lectura.

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    1. Bueno, lo cierto es que hay demasiado aquí y todo es disperso, de su madre y de su padre. Los dos libros de reseñas (?) me llaman tanto la atención que no pude dejar estos dos en la estacada. Concretamente el de Walton es una joyita. No sé si llegaste a leer la opinión de Aramys sobre Barthelme, pero no tiene desperdicio. El libro contiene muchísimos cuentos a pesar de no ser muy extenso, por lo que las píldoras de locura me vendrán bien.

      Y de Frisch no sabía nada hasta que tú me preguntaste. Ya investigaré ese Homo Faber. Si Holoceno me deja buen sabor de boca.

      A mí Atwood me gusta mucho. Lo cierto es que no he probado sus cuentos, pero sus novelas tienen chispa. Me convencen. Ya te diré qué tal estas que traigo hoy.

      ¿Sí? Es el momento de hacer la paces con Lin??

      Ay, ok ok…

      Gracias por pasarte José!

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  4. He hecho caso a Yossi y me he venido con bolígrafo y papel y me llevo unas cuantas recomendaciones. La buena noticia es que Atwood tiene casi una baldosa de la estantería sólo para ella :) Y el de David Vann también está por ahí (no sé porqué, me gusta saber que tengo libros pendientes ahí delante de mi)

    Leí hace tiempo La velocidad de la oscuridad de Elizabeth Moon, nada más terminarlo supe que tenía que releerlo.

    Me llevo unos cuantos apuntados. Gracias Sergio.

    Saludos!

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    1. Hola Ana! Sí, Atwood es merecedora de balda propia. Sus historias y su modo de narrar me tienen más que conquistado. A ver si cae alguno de estos pronto, pues a ambos les tenía ganas.

      ¿Leiste el libro de Moon? ¿Lo llegaste a reseñar? Es uno de los que más me llaman desde la pila, sin duda, la historia es la típica de las que me destrozan. Ya veremos.

      Y en cuanto a Vann, opiniones polarizadas! Lo leeré, sí. Ya veré qué tal.

      Un abrazo!

      Gracias por pasarte!

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