Mi
mejor amigo es indio. Es un tipo que se ríe de mis lecturas. La mitad no las
entiende, la otra mitad no le interesa. En mis intentos por convencerle de la
larga tradición de narradores provenientes de la India, he investigado qué podría llegar a interesarle. ¿El realismo mágico de Arundhati Roy? ¿Las claves
políticas más reciente de su país a través de Salman Rushdie? ¿Naipaul? Y de
pronto di con Jhumpa Lahiri y sus indios transoceánicos. Aquellos que dejan
atrás una historia repleta de invasores y leyendas mitológicas para definirse
a través de una nueva cultura con la que interactuar. Hay miedo y hay expectación.
Estas son las historias triunfadoras de Lahiri. Historias que empecé buscando
para él y que, finalmente, decidieron quedarse conmigo.
Krishna ya no vive solo
Estados
Unidos es ese nuevo mapamundi donde todas las culturas, historias e identidades
van a parar. Eso sí, trastocadas bajo el axioma irrevocable de Que lo tuyo conviva con lo nuestro
aunque nadie tenga claro exactamente qué es lo
nuestro. Señálame un país y te diré qué escritor de dicho origen ha contado
sus andanzas en el nuevo mundo. Podríamos decir que estamos ante un nuevo
género literario en expasión. Rusos, japoneses, chinos, coreanos, dominicanos,
nigerianos… Todos cuentan la historia poliédrica de Estados Unidos insertando
su propio idioma, sus propias costumbres, sus propios dioses. Y de esta
retroalimentación han surgido un sinfín de magníficas novelas y una
aproximación fácil a la difícil
pregunta de quién soy yo cuando nada de lo que me rodea me pertenece.