He
pasado todo el invierno enterrado en mantas. Me he ocultado del mundo de manera
consciente. Quería pasar todos los meses fríos olvidando todo aquello que
sucedía más allá de mi ventana. Y lo he conseguido. He leído más despacio de lo
normal y he bebido más café del necesario. No sabía que los humanos pudiésemos
hibernar de manera tan eficiente. Pero ha llegado la primavera. Y Michael
Cunningham, con una novela que te da un toque de aviso para dejar ir o para
comenzar.
Sí, ha tenido que llegar La reina de las nieves para que entendiese que el tiempo de las cerraduras había llegado a su fin. Ahora bostezo y escribo sobre gente perdida que se busca entre las calles de Bushwick. Aireo el nórdico en el balcón como si fuese un futón y recomiendo encarecidamente sin levantar la voz la última novela del ganador del Pulitzer por Las horas.
Sí, ha tenido que llegar La reina de las nieves para que entendiese que el tiempo de las cerraduras había llegado a su fin. Ahora bostezo y escribo sobre gente perdida que se busca entre las calles de Bushwick. Aireo el nórdico en el balcón como si fuese un futón y recomiendo encarecidamente sin levantar la voz la última novela del ganador del Pulitzer por Las horas.