Admito
que tuve antes conciencia de la portada de la edición patria de Lolito que de la existencia de la
propia novela. Desde el minuto en el que Blackie Books soltó la imagen en las
redes, no pude controlar mi impulso de apropiarme de dicho libro entendido
como un objeto de exquisita belleza, no como una novela a la que hincarle el
diente. Eso llegó mucho después. Y antes de que me acusen de esteta, diré que
lo de dentro vale tanto como lo de fuera. Necesitaba zanjar todo ese revuelo
en torno a mi hipnosis inducida por culpa del libro más bonito del mundo. Es
un juicio que cualquiera pueda hacer, sin siquiera abrirlo. Y ahora, para no
caer en el puro regodeo visual, diré que lo que encontré dentro, una vez
superada mi fascinación, fue otro tipo de truco. Uno más macarra, más sincero,
menos bonito, pero mucho más vivo que todas esas flores muertas de la portada.
miércoles, 11 de junio de 2014
viernes, 6 de junio de 2014
IMM #12 - Mayo 2014
Ahora resulta que a comprar libros y mostrárselos al mundo
no se le llama IMM, sino Book Haul.
Ya me costó en su momento adoptar esta extravagancia nominal y ahora, que empiezo a
sentirme cómodo con todo este microuniverso terminológico, me lo cambian. Mal.
Los que crecimos en un aldea carecemos de la prestancia y adaptabilidad de las
buenas gentes de la gran ciudad. Por eso nunca llegué a entender del todo el
alarde de poder de aquellos que, armados con brackets y gafas de pasta, marcan
las tendencias del mundo blogger. Bocachapa y vizcos los llamábamos en mi
aldea. Menuda fama la del falso estrabismo... Y este
intento de alemán para principiantes puede significar lo que quiera que
signifique. Los libros siguen llegando a casa. Las estanterías se esfuerzan un
poco más. Aún me queda algo de tiempo y algo de espacio para relativizar mi
problema. Y miro de reojo, como haría cualquiera estrábico, y veo mi book haul de este mes y pienso que, si
me viesen ahora, en mi aldea estarían orgullosos de mí.
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