
Hace
dos años tuve la suerte de cruzarme con la escritora de cuentos más extraña que
he tenido el gusto de conocer –con el permiso de Lorrie Moore-.
Magia para lectores fue todo un
descubrimiento maravilloso que no pude dejar pasar por alto. Lo grité a los
cuatro vientos. Lo adopté como filosofía de vida. Enarbolé sus páginas en
fiestas y eventos. Sin duda, creía que era una experiencia que no volvería a
repetirse. Una conjunción planetaria única que hizo que las historias de esta
señora cruzaran el Atlántico hasta llegar a mi puerta. Y ahora,
inesperadamente, Seix Barral vuelve a traducir su última tanda de cuentos que
ha tardado en hornear casi diez años. ¿Es para tanto esta maldita Link? Lo es.
Lo es. Lo es. Y no sólo lo digo yo. Lo dice todo el mundo. Gente que conozco y gente no. Gente que ya no respira y gente hecha de otra pasta. Porque si algo tenemos en común los seres vivos de Este Lado y los del Otro Lado, es que no existe árbitro mejor que ella para controlar el juego sucio entre bandos.