martes, 28 de febrero de 2012

Chesil Beach


La noche de los vírgenes vivientes

Son estos tiempos que corren. La primera vez se ha convertido en algo así como un arquetipo jungniano cuya representación conecta directamente con un inconsciente colectivo al que todos pertenecemos. De ahí la importancia de la conexión de relatos como este que nos trae McEwan.



Florence y Edward son unos recién casados que pasan su noche de bodas en un hostal situado en Chesil Beach (Dorset, Inglaterra). Ambos son vírgenes y corren esos años previos a la revolución sexual en los que todo se volvió patas arriba, incluso las personas. Aún falta para la liberación de la mujer, aún falta para el hombre emocional. De estas carencias surge el conflicto del relato. Frente a unas ganas desmedidas de él por consumar el matrimonio, nos encontramos el rechazo físico, la repulsión total y absoluta que ella siente hacia el acto sexual en sí.



Dándole la vuelta al colchón

El tiempo del relato está fundamentado en una sóla noche. Cuando entramos en la vida de estos personajes, ellos ya están frente a frente, cenando. De tal modo que quepa un margen de maniobra antes del grandilocuente momento. Esta continuidad está interrumpida por diversos flashbacks. Los orígenes humildes de él y la aristocrática vida de ella se nos muestran en varias ocasiones, de tal forma que podamos entender por qué serán del modo que van a ser cuando entren en esa cama que cambiará sus vidas para siempre.

El estilo de McEwan es fácil de entender, pero aboga mucho por el pasado de los personajes sin valorar que el verdadero motor de su historia está en esa noche complicada que nos ha planteado. En cierto modo, no nos interesa saber que Edward era pobre o que Florence y su madre no estaban lo suficientemente unidas. Esa información puede ser autosuministrada por el propio lector. Inventársela si fuera necesario. Ya que esos pasados atenazan el ritmo del relato de tal modo que el interés cae a trompicones.



Primer intento fallido

Es la primera vez que leo algo de McEwan. La experiencia no ha sido del todo satisfactoria. Quizá lo que cuenta no conecta conmigo. Puede que yo percibiese el potencial del relato en otro foco, una óptica bastante distinta a la que aquí prevalece. A pesar de ser una novela corta, tuve la sensación de que ciertas páginas sobraban. Como si de un relato hubiésemos sacado una novela rellenando con paja a los personajes.

Es lo terrible de las primeras veces. Uno siempre espera que algo revelador cambie nuestro mundo, que a través de ese nueva persona, ese nuevo ritual, esa nueva experiencia entendamos algo que se nos escapaba antes. Lástima que muchas veces no sea así. Y es que la expectativa es el ingrediente que suele estropear los platos que probamos por primera vez.



Florence se preguntó si incluso llegaría a sobreponerse y a ser lo bastante fuerte para fingir de un modo convincente, y más adelante, en sucesivas ocasiones, reducir sus inquietudes a fuerza de pura familiaridad, hasta que sinceramente pudiera dar y recibir placer. No era necesario que él lo supiera, al menos no hasta que ella se lo contara, desde el fondo cálido de su nueva confianza, como si fuera una historia divertida.

3 comentarios:

  1. Una pena que no conectaras totalmente con esta novela, aunque por lo general he visto que es una novela que no suele gustar, al contrario de Expiación que suele ser la favorita de todo el mundo y que te animo a que leas para reconciliarte con el autor. A mí sin embargo, me gustó mucho Chesil Beach, me pareció muy original la manera de narrar, y al contrario de lo que te ha pasado me apetecía ir sabiendo más y más de cada uno de los protagonistas. Lo que quizá me sobró un poco fue el final, quizá demasiado alargado, explicado, intentando cerrar todos los frentes. Aún así, en conjunto me gustó mucho. Un abrazo

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  2. Estoy de acuerdo contigo, Carol, con ese final. Tan contado con prisas, tantos años juntos ahí en un par de páginas.

    A ver qué me deparan futuras lecturas de señor McEwan.

    Gracias por pasarte!

    Little bye.

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  3. A mí también me gustó Chesil Beach, pero también es verdad que me he topado con varias personas a las que no les gustó, y no me pilla de sorpresa. Creo que no es una novela especialmente original, que está construida de una manera bastante clásica y sí, es fácil, se lee bien. Pero eso no siempre es malo, a veces uno tiene ganas de lecturas así. Los flashback al pasado de los personajes a mí me resultaron interesantes, y es el principal punto de desacuerdo que encuentro hacia tu reseña, porque yo no estoy tan segura de que uno pueda suplirlo así como así.
    Sin embargo, acabo de descubrir tu blog, y me ha gustado mucho, tengo que bucear un poco más por aquí, pero sospecho que me pasaré a menudo, hoy en día es difícil encontrar lectores atentos que sean capaces de hacer un comentario inteligente a un libro sin dejarse llevar por egos arrolladores de los que empujan a embrollar el discurso en un halo pedantesco impenetrable. Me gustan los acercamientos honestos a los libros, despojados de tanta molesta pretensión. Un placer descubrirte :)
    Un abrazo!

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