viernes, 22 de junio de 2012

Cosas que los nietos deberían saber


Todas las canciones hablan de mí

Yo no conocía al grupo Eels. Tampoco a Mark. No sabía qué quería decir con Life is hard and so am I. You'd better give me something so I don't die. Aún desconocía sus años de niño enclenque y tímido, sus años de adolescencia desfasada, sus intentos de huida hacía dentro, hacia fuera, hacia atrás, hacia el foso. Por eso tras leer su primera autobiografía, este Cosas que los nietos deberían saber, me arriesgo a distinguir al hombre tras la cortina, al chico que ya no llora en los funerales. Porque si es cierto eso de que el trauma es un material artístico inigualable, entendemos sin dudar la calidad de sus canciones a lo largo de los años.Porque el señor Everett ha vivido al borde del colapso emocional la mayor parte de su vida.



 Criado en una familia, no disfuncional, pero sí al margen de una educación participativa, Mark ha tenido que establecer sus propias normas. Una hermana destruida por un amor que nunca supo encontrar en sí misma. Un padre perdido en las realidades paralelas sobre las que teorizaba. Una madre incapaz de manejar la situación. Uno tras otro, todos han ido muriendo. Todos han ido diciéndole adiós a un chico que se estaba haciendo hombre a trompicones.

Pero hay esperanza. La mirada con dientes del que vive. Porque en su camino Mark encontró lo único que conseguía sacarlo del fundido en negro. La música. Fiel a sí mismo, a través de sus numerosas canciones, arriesgándose a la derrota en cada paso que daba, consigue llegar a ser respetado. A tener un independencia artística de la que pocos pueden presumir.

Esta es su experiencia. Esta es su música. Aquí está su historia.


Mi vida: unplugged.

La práctica de transmitir vivencias a  través de sus canciones le ha dado soltura. ¡Y vaya cuánta! El estilo de Everett, a pesar de ser ésta su primera incursión en las letras escritas, es asombroso. Depurado hasta decir basta. Nada de metáforas ni cortinas de humos. Nos cuenta una historia –su historia-. Conoce al dedillo su material y no nos la juega en ningún momento. Va al grano. Identifica el impacto de lo que cuenta y no tiene que hacer grandes ejercicios de forma para convencer al lector. Como una sirena, a través de sus canciones, de sus momentos de afonía, nos invita a lanzarnos de cabeza en las rocas para comprender el dolor de un ser expulsado de su propio mundo, una criatura varada en piedras que rasgan hasta cuerdas vocales.

Y luego, con toda los ademanes de un caballero, nos ayuda a levantarnos. Nos hace reír. Nos quita la arena de las rodillas. Nos exige enamorarnos. Everett, como el colega de los sueños raros que nos tutea desde el complicidad, nos salva de su propia destrucción. Nos abraza cuando hemos comprendido que es él quien ya no necesita ser reconfortado.



Díganle a alguien que sigo aquí

Esto no es una mierda new age 2.0. No hay enseñanzas de marketing. Ni claves para nuevos emprendedores. No es un decálogo para forrarte en la música. Ni siquiera podemos hablar de nociones vitales aplicable a cualquiera de nosotros. Esto es la historia de un tío que lo ha pasado francamente mal y que ahora se encuentra en un lugar mejor. No, no se ha muerto. Pero se conoce al dedillo ese proceso. Y sabe que de ahí no se saca reciclaje posible. Es un tipo que existe. Y así le va bien. Ya llegarán los milagros y los monstruos. Pero incluso éstos, los amados monstruos, no podrán ignorarlo. Porque este hombre existe. Está ahí. Se mueve. Respira. Hace ruido, dirán algunos. Canciones con mi número de pie, responderá él.



Mr. E's Beautiful Blues

 Tenía veintitrés años, me sentía solísimo y estaba cada vez más harto de mi vida, o de no tener vida. Una tarde de verano, sentado en el porche trasero de casa de mi madre, me sentí completamente vacío por dentro, como una causa perdida, sin nada que hablase a mi favor. Algo hizo “clic” entonces en mi cabeza: si soy una causa perdida, ¿qué me queda por perder? Antes de rendirme y palmarla, al menos tengo que intentar hacer algo, y sobre todo tengo que salir echando leches de este páramo residencial y buscar algún tipo de aventura. 

7 comentarios:

  1. He seguido tus comentarios en Twitter, las citas que has extraído y ahora, tras leer la reseña, creo que este libro me va a gustar así que me lo llevo y además, no conocía a los Eels pero no suenas demasiado mal :) Un saludo.

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  2. Pruebalo Yossi y me dices, es un libro atípico. Pero sorprende en aspectos que no esperas.

    A ver cómo te a va a ti con él.

    Little bye!

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  3. Me ha encantado tu reseña... conozco a los Eels y conocía el libro, pero aún no había encontrado nada en internet que me llamara la atención acerca del libro. Me ha llamado ahora la atención (los de BlackieBooks se portan).
    Un saludo!

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  4. Para mí es un libro muy importante. Es un empujón, fue una suerte tropezar con él en el momento adecuado.
    Me ha gustado la reseña, como siempre ;)

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  5. No conocía el libro, me ha gustado mucho la reseña, un beso! :)

    Nos leemos :)

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  6. Está claro que cada día se aprende algo nuevo, yo sí que conocía a Eels pero no la faceta de Everett como escritor, es curioso, porque a mí su música me parece muy vital y sin embargo su vida parece que ha sido bastante dura, aunque quizá sea por eso mismo. Un abrazo

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  7. - Sandra, gracias por pasarte. Dale, si puedes una oportunidad, creo que en mi caso ha sido una grata sorpresa.

    - Carol, totalmente de acuerdo contigo. Creo que él sabe algo que nosotros no sabemos, de ese tipo de cosas que cambian la forma que tiene uno de estar en el mundo.

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